jueves, 13 de diciembre de 2018

Somos



Somos biología y células y carne, y temblor y vibración en diferentes frecuencias.

Somos la fuerza de la Tierra y el Cielo en comunión, Newén en permanente flujo y movimiento.

Un rarísimo accidente cósmico y tal vez cómico que de pronto cobra una fugaz y misteriosa conciencia, para luego desaparecer.

No sé qué hubo antes ni qué haya después.
¿Venimos de antiguos eones? ¿Volveremos acaso?

Quién puede afirmarlo... Estamos aquí, y con eso alcanza para no desperdiciar la oportunidad. Nos tiraron por acá con un potencial enorme de comulgar con el resto de esta existencia.

Dijo el sabio cacique Pincén, líder guerrero y espiritual de los indios pampas:

 "Todo tiene su Newén: el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, el trueno, los rayos, el relámpago, la nieve, la lluvia. En la tierra habitan las plantas, ríos, volcanes, cerros, piedras, la medicina, y cada uno de ellos tiene su propio Newén. El ojo de agua, los caballos, todos nuestros recursos naturales lo tienen.
La tarea del hombre de fuerza es comunicarse con los distintos Newén para mantener el equilibrio natural."

Los niveles de esta fusión/comunión que alcancemos será de acuerdo al trabajo interno que cada cada cual esté dispuesto a entregar.

No sé qué hubo antes, ni qué haya después. ¿Quién puede afirmar lo que tanto libro, sacerdote o gurú asegura tan seriamente?

¿Qué cosas pueden pronunciarse? Si lo que se puede expresar con palabras jamás está cerca de la esencia de alguna verdad?

Las certezas solo son que hay que respirar hondo, plenamente, moverse, sostener el equilibrio y ser todo lo que está en nuestra naturaleza ser hasta que este rarísimo accidente cósmico y tal vez  cómico se acabe. ¿Que más da lo que llegue después?

Jbv

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