viernes, 24 de julio de 2020

Tres tesoros para la libertad


 



Poner el corazón en lo que no depende de nosotros nos llena de agitación y nos vuelve irremediablemente esclavos. 

"Allí donde esté tu tesoro estará también tu corazón", dijo el nazareno. ¿Eres dueño del sitio donde enterraste tu tesoro?

¿Estimas más la fama y el "éxito" que el cuidado de tu salud y tu cultivo interior? Agitación.

Dueño de tus palabras y actos, mas no de la opinión ajena. Agitación.

Propietario de tu reacción, más no del estímulo externo. Agitación.

Si favor y deshonra son motivos de insomnio y agitación, ¿qué viento no enturbiará entonces tus aguas?

Todo está en permanente cambio y mutación. Solos los necios se aferran y apegan. Agitación.

Somos dueños de nuestros deseo y motivos, y de apegarnos o no apegarnos. No somos patrones del resultado. Agitación.

Decisiones. 

Sólo está entre nuestros dominios nuestra capacidad de adaptarnos, y sin duda alguna, también esa Gran Transformación llamada muerte vendrá un día a golpearnos la puerta a cada uno de nosotros.

Tres Tesoros bajo nuestro control nos enseñó Lao Tsé como llave de libertad, para vivir en equilibrio entre todo lo que no podemos manejar a nuestro arbitrio:

"Hay tres tesoros que guardo y protejo como si llevara un niño recién nacido a cuestas:

El primero es el amor que nutre, a mi mismo y a los otros.

El segundo es la frugalidad y la modestia.

El tercero es la capacidad de ceder.

De mi amor nutriente brota el coraje de intervenir para cortar excesos y restablecer el equilibrio en el mundo.

Por ser frugal tengo de más para dar.

Por mi capacidad de siempre ceder, nada se interpone en mi camino hacia el Tao".

Tao Te Ching, cap. 67.

Tres tesoros únicamente poseemos. Allí pongo mi corazón. Todo lo demás es agitación, porque es prestado.

Jbv.

No hay comentarios:

Publicar un comentario