martes, 5 de octubre de 2021

El camino de los caminantes



 

El camino de los que van por el Camino depende más de disminuir y quitar que de aumentar y agregar.

Tiene más que ver con estarse quieto que con moverse de aquí para allá.


Con evitar embrollar  las cosas que con encontrar espectaculares soluciones.


Rectificar la conducta tiene más que ver con una dulce y amable contención que con intervenir.


Mejor que el Detox es dejar de ensuciar.


El camino de lo simple es mejor que lo complejo. 


Observar a la naturaleza, seguir el curso espontáneo de las cosas y escuchar las respuestas que tiene este camino para nuestros asuntos de hoy.


Mejor que comprar y consumir geniales ofertas de sofisticados modos de arreglar tu vida es deambular libre y tranquilo, permitir a la energía circular en un considerado movimiento interior y exterior, y no andar pensando mucho, ni siquiera en esto tampoco.


Hay más Verdad en el  silencio y la experiencia directa que en los discursos y las largas parrafadas de tinta sobre papel.

Enfrentarse directamente a las cosas sin la gruesa capa conceptual que las cubre ayuda a  disolver un poco la mente y sus problemas. 


Mejor ver qué onda a responder mecánica e inconscientemente desde nuestra programación aprendida.


Conocer realmente es un largo proceso de desaprender.


Para aclarar la mente no sirve ponerse a hacer cosas. 

Mejor es quedarse quieto sin hacer nada y observar el caos reinante adentro nuestro. 


Con el desorden algo puede hacerse aún. Con las certezas, nada. Como el agua turbia, se aclarará lentamente con el reposo.


Y así las cosas. Hay un mismo y solo camino. 


Para algunos es simple, para otros complejo. 


Y un cambio de perspectiva puede ser tan fácil como pestañear o el florecer de un lapacho en el gran Buenos Aires o tan imposible y frustrante como insistir en defender tu personalidad y pretender enmendar y dirigir los asuntos durante toda la vida.


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