lunes, 11 de octubre de 2021

Susurros del I Ching, hex. 20 La Contemplación

 



Como el canto del viento que atraviesa planeando sobre la tierra, así se difunde la energía de quien ha Visto. De aquel que ha contemplado la totalidad de su vida y descubre el influjo que sus acciones provocan en los demás.


El que percibe lo invisible, quien tiene la capacidad de captar el fluir de energías ocultas, es factor de movilización profunda para quienes se acercan a él.


Puede acceder a las claves de la Vía Celeste, regir su vida por ellas y manifestarlas a quienes lo rodean, y así guiarlos en el camino hacia el despliegue de sus propias y personales potencias y virtudes.


La elevación de la consciencia es un camino que va desde la pueril contemplación de detalles absurdos disfrazados de importantes, hasta la contemplación total de nuestro ser en lo más profundo de la noche interna. 

El Gran Mediodía es el momento cúlmine del sabio santo en el cual toda sombra se ha disipado.


Tener las ideas correctas de los manuales y libros de lo que es bueno y santo pero no pasar a la transformación concreta de nuestras conductas es como quien se purifica para un acto sacrificial que nunca realiza. 

Sencillamente no sirve. No se ilumina un cuarto a oscuras mencionando la palabra “luz”.


¿Somos conscientes de las consecuencias de nuestra energía? Del influjo de “Eso” invisible, callado, sin palabras que se desprende de nosotros? 

Poder observar esto conscientemente es auténtico conocimiento de sí.


¿Querés conocer realmente a otra persona? Contempla abriendo todas las puertas y ventanas de tu percepción qué es lo que genera en vos el influjo de la energía de esa persona. No lo que dice ni lo que hace. Su energía. Todo lo demás es vanidad y correr tras el viento.


La contemplación es la herramienta de los hombres nobles que buscan la Visión y que han tomado la senda del conocimiento silencioso.


Y como todo lo mutable en este mundo, tiene sus etapas.


Al principio nuestra contemplación y comprensión es infantil, superficial. No debemos humillarnos por eso. Es el comienzo, y el ánimo ha de ser el de profundizar y a la vez elevarse. Si tras un largo camino nuestra visión siguiera siendo banal, sí que sería para preocuparse.


Cuando se agudiza un poco más nuestra contemplación, se vuelve quizás más penetrante pero continúa sesgada, como aquel que mira desde la cerradura de una puerta. Mantenerse flexible, humilde y dispuesto.


Cuando la Visión se amplía y logramos tener vislumbres de la Totalidad, estamos listos para servir a causas superiores. ¡Da! ¡Hay otro mundo más allá de vos y tus problemas!


Siempre hay progresos y retrocesos en el camino de la consciencia. Revisas y te autoexaminas. Si erraste el camino, vuelves sobre tus pasos. ¿Qué problema hay? Y si es el camino correcto, te afirmas y continúas.


Los efectos de tu contemplación se registran cuando comprendes y ves las cosas que te habitan, tus luces y tus sombras, y lo que tu energía provoca en las demás personas. Ya no tus palabras ni tus geniales y bondadosas acciones. 

Cuando tienes un alto grado de comprensión de los Caminos del Cielo, y puedes vivir de acuerdo a ellos y ser reflejo de estos para que otros puedan entender.


Este proceso se expresa en el tótem indígena americano de los tres niveles de contemplación y comprensión.


El Runa (hombre) o Amaru (serpiente) poseedores de inteligencia pero de limitada visión. Zigzagueantes, por aquí, por allá, entienden que hay más, pero no son capaces aún de ver.


Luego Uturunku (jaguar), el feroz felino capaz de Ver en la noche. Que tiene el coraje y la fuerza para adentrarse en la densa selva de la sombra interior.


Y finalmente Kúntur (Cóndor), el ave que más alturas puede alcanzar. La contemplación y la Visión Total. Capaz de comprender los ciclos de la vida y la muerte, y ser propiciador de mutaciones y regeneraciones. 


La noche se ha disipado, es el Gran Mediodía, toda nuestra vida y el influjo que provoca puede ser contemplada de un golpe de vista.

Quien se contempla a sí mismo en su totalidad es factor de transformación en los demás. Su sola energía invisible es movilizante , y él conoce a los demás por las percepciones que tiene de aquello que no puede verse ni oírse.


Su mera presencia puede mostrarle a los otros los Caminos del Cielo y abrirles los ojos para ver en lo más cerrado de su noche interior.


Susurros del I Ching, hex. 20, Kuan, La Contemplación, Percepción de lo Invisible, Momento en el cual se capta el influjo de energías ocultas.




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