viernes, 29 de octubre de 2021

Susurros del I Ching, Tierra sobre Tierra a Tierra sobre Viento.

 



Es instancia de total apertura y receptividad, tiempo de soltar la amarra por completo.


De abandono de toda idea y concepto aprendido.

Toda convicción es una cárcel, solo la duda tiene alas.


Una persona llena de cómo-deben-ser-las-cosas es un terreno cubierto de cemento. Nada puede sembrarse en él.


Quien se ha vaciado por completo es un campo fértil para que germine en él toda clase de nuevas y vigorosas simientes.


Hay que dejar ir todo nuestro sistema de creencias, delicadamente, como quien deja que la corriente de un arroyo se lleve ese ridículamente frágil barquito de papel en el que navegábamos tan seguros de llegar a buenos destinos.


Mostrarse abierto, dócil y receptivo, pero interiormente no serlo, es como un terreno que tiene vegetación superficial y que aparenta ser bueno para la siembra, pero que bajo la fina capa superior ya muestra cal y salitre.


Que tu exterior sea reflejo de tu interior.


Tiempo de ya no saber más nada.

Tiempo de que mi no saber se encuentre con tu no saber.

Tiempo de ceder.

Tiempo de abrirse definitivamente a la experiencia nutricia, real y directa del instante total. 

Venga todo, siembre todo su semilla en mi. Que la fuerza de Lo Creativo no encuentre en mi un impedimento para su magna tarea.


Esta disposición de sincera entrega al Gran Misterio será la que más adelante permitirá el inicio de una real y auténtica primavera interior. Una fuerza verdadera y vital, nacida del cambio de presiones atmosféricas internas, como un viento que busca ascender, comunicar buenas nuevas, atravesar las comarcas llevando el mensaje de un renacer.


Ese movimiento que nace suavemente desde adentro, incluso ahora se muestra dócil, austero y abierto.


Quien ha atravesado esta transmutación de todos los valores no busca enseñar nada, sino simplemente compartir-se lo que la vida desde esa apertura sin reticencias le muestra. 


Una comunicación que siempre está abierta, un decir sí y no mutable ante la evidencia del momento.


Su influjo penetra poco a poco, suavemente, todas las conciencias y él ni siquiera toma cuenta de ello.

Dice con todo su ser. Desde las entrañas. Y su actitud sin embargo permanece abierta a todos los dones del Poder.


Cuando experimentas vitalmente que nada de lo que pensabas y sabías hasta ahora tiene ningún valor, estás listo para ser sembrado con la semilla del Renacimiento.

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Susurros del I Ching, Tierra sobre Tierra a Tierra sobre Viento.

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