lunes, 10 de junio de 2019

Delta respira

Dicen los isleros que el Delta es un gran pulmón que inhala y exhala. Y así es el ritmo de su vida entre el monte, el río y el juncal.

¿Se trata acaso de algún gigante meditador que expulsa con suavidad el aire, largamente hasta quedar vacío para volver a inhalar?

La ciencia explica las mareas y el comportamiento de los ríos y arroyos del Delta con elementos como la cantidad de lluvias caídas Paraná arriba, la dirección de los vientos, la altura del mar y mil detalles técnicos más.

Los isleros hablan de la luna y su fuerza, del soplo del sudeste y la virazón, de las islas como un mismo y único organismo que respira a diario exhalando e inhalando.

Y así el agua, mientras que en la montaña dice adiós siempre en una misma dirección, en la Isla va, viene, va y viene marcando un ritmo de oposición complementaria que quien puede sintonizarse con él lleva una vida armónica y plena de vibración natural en esa hostil y salvaje geografía.

Cada riacho y arroyito, cada centro de isla, cada pajonal es una red de bronquios y bronquiolos que respira como un meditador zen: larga exhalación hasta el vacío, seguido por una inhalación lenta, profunda, que llena de vida hasta el más remoto orificio.

Cuando el río desborda los límites que hacen de cada isla algo individual, súbitamente del Dos se hace Uno. El río diluye la dualidad y convierte al Delta en una sola unidad, destruyendo la ilusión de separación.

Así es el organismo vivo de las islas. Así también el espíritu de los isleros que aún logran vivir fundidos con ese entorno, con ese gigantesco meditador que es su hogar. Y así aprenden del junco y del agua.

La marea borra con su inundación la separación.

El junco enseña que por debajo, en lo oculto, tampoco hay división; que somos la expresión individual de un gran rizoma que nos unifica a todos.

Cierra los ojos el islero. Se deja mecer en su canoa por el río. Sentado en la proa hace una gran exhalación. Vacío. Una lenta y profunda inhalación. Momento. Y vuelta a empezar.

Río y hombre, río y mujer de las islas, una sola unidad con esa fantástica y alucinante tierra de agua.

Jbv

No hay comentarios:

Publicar un comentario