sábado, 29 de agosto de 2020

Tu mente aquí

 


No te quedes atrapado en la mente. Es una red que te saca de aquí.


El cuerpo es la raíz de la mente. Sin consciencia del cuerpo, esta "flota" sin arraigo, y vaga a merced del viento hacia los confines del pasado y del futuro, dejando como residuo de ese vaivén angustia, inquietud, ansiedad, preocupación, culpabilidad.


Pon en todo momento tu conciencia en el cuerpo. En sus sensaciones, incomodidades, comodidades. Si usas una herramienta, ¿como es al tacto? ¿Como suena?


 Si estás en el campo, ¿cómo son los olores, el viento que te acaricia la cara, la tensión en la cintura al agacharse?


Cuando cocinas, lavas los platos, caminas, te sientas. Siempre, la mente aquí. 


Tu respiración.


La postura. La mirada que llevas. 


Esa palabra que estás por pronunciar.


Me enseñó un gran ermitaño y maestro zen del Tucumán: "zen es la atenta práctica de la forma".


En todo momento se puede conectar con el cuerpo, la respiración, las sensaciones. Si descubres tensión, es porque no estabas allí, sino que viajabas arrastrado hacia otros lugares y tiempos.


Vuelve al cuerpo, diluye esa tensión con conciencia, con respiración, con centrarte en el ombligo. Vuelve una y otra vez, sin descanso.


No te quedes atrapado en la mente, no te retardes en el dualismo.


Vuelve una y otra vez al cuerpo y los sentidos. A la respiración y al ombligo. 


Esa es toda la práctica.


Jbv

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