domingo, 29 de mayo de 2022

Sin esfuerzo

 



Cuando hago algo procuro no esforzarme en lo más mínimo, sino más bien que ese hacer sea un suave apéndice de mi interna condición. Esa es la medida con la que verifico la autenticidad de una acción.


Vislumbré en los rincones de mi silencio que cuanto menos estoy yo ahí,

Más eficaz es mi pericia,

Más cierto mi rumbo,

Más pacífico mi deambular por el mundo despreocupado y tranquilo.


Le entregué toda la responsabilidad al Gran Misterio,

Para estar yo libre de tareas y trabajos pendientes.

Puedo dedicarme a la dulce contemplación de las mudanzas y de ese modo adecuar mis pasos a lo que el instante requiere cuando las cosas están aún en estado germinal.


Y así, casi sin pensar en ello, en la estancia quieta de mis días, empiezan juntos y al mismo tiempo el primer paso, el camino, la libertad y el destino.

.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario