miércoles, 20 de diciembre de 2017

Ser no ser



Utilice el no ser para responder al ser.
Utilice el vacío para recibir la plenitud y el exceso.
Lo blando y flexible domina a lo duro y fuerte.
Sea agua, amigo mío. El agua vence cediendo.

No hay nada que el vacío no pueda tomar en su interior, nada que la calma no pueda sustentar.

El que toma este Camino como su guía, cuando aparece un obstáculo, oposición o resistencia, permanece vacío y abierto, claro y tranquilo, etéreo, misterioso, silencioso como un profundo abismo, y entonces desaparece.

El silencio, hacerse agua es la llave que abre la puerta al mundo del no ser, y a la huella del Camino sin forma al que todo lo que Es se somete. 

Los demonios




Ojo con la ira: enferma el hígado.
Ojo con la angustia y la pena: enferman los pulmones.
Ojo con la preocupación: enferma el Bazo.
Ojo con la excesiva ansiedad de la alegría: enferma el corazón.
Ojo con el miedo: enferma los riñones.

La realidad en el mundo fluctúa y muta de una cosa en otra. Si usted se aferra a agrados o desagrados, alguno de los "demonios" (emociones) tomará el poder y los disturbios que produce esto en el Qi (fuerza vital, energía) hace que las cien enfermedades sobrevengan.

No hay que ser un frío robot sin Emociones. Hay que ser un fiero domador de demonios.


miércoles, 13 de diciembre de 2017

Tao Te Ching Cap. 15



"Los hombres que practicaban el Camino
Con eficacia en el pasado
Eran insondables e indescriptibles;
Uno no se hacía idea de su profundidad, pues aparecían ordinarios e imperceptibles.
Su ser era natural y fluía de manera espontánea con su entorno.
Titubeantes como quien cruza un río en invierno,
Vacilantes como temiendo estar rodeados de demonios armados de garrotes,
Respetuosos como quien esta de visita,
Flexibles como hielo a punto de fundirse,
Modestos como la madera en bruto,
Visibles como un valle.
Mezclados y revueltos como el agua turbia.
Quienes son capaces de aclararse a sí mismos en sereno reposo y calma de montaña?
Quien es capaz de generar movimiento en los perezosos a base de ser activo?
Los que cuidan el Camino como si fuera un niño que llevarán a cuestas.
No esperes ser llenado hasta rebosar. Date cuenta cuando es suficiente. Ellos, precisamente porque no se llenan, cuando están gastados como ropa vieja vuelven a renovarse. "

Tao Te Ching cap. 16



"Dirígete con constancia al vacío absoluto.
Conserva la tranquilidad con cuidado,
Como un caballo que marcha al paso.
Todas las criaturas cobran su ser, una tras otra,
Pero con esto, yo percibo su retorno.

Escucha: los diez mil seres tienen variedades incontables,
Pero cada una vuelve siempre a su raíz.
Volver a su raíz se llama tranquilidad,
Y esto se llama volver a su curso natural.
Volver a su curso natural se llama lo invariable;
Entender lo que nunca cambia detrás de las infinitas mutaciones
Es despedir luz y claridad a los cuatro rincones.
Si no comprendes lo invariable,
Estarás haciendo cosas a oscuras, y eso es nefasto.

Si ves lo invariable tendrás amplitud,
Tener amplitud es estar abierto a todo.
Estar abierto a todo es ser majestuoso;
Ser majestuoso es ser ancho como el cielo.
Ser ancho como el cielo es el Camino,
Y el camino trasciende el tiempo.

De este modo estarás libre de peligros
Hasta que tu cuerpo se hunda
Bajo el mar de la existencia."


Por la senda propia, camino hacia lo invisible.

Cuando se está conforme a la naturaleza de las cosas, estas cosas se olvidan. Cuando el hígado funciona según es su naturaleza hacerlo, uno no se acuerda de la existencia del hígado.

Cuando se respira profundamente, sin esfuerzo y dificultad, el hombre se olvida del aire y de su necesidad de él.

Los peces se mueven en el agua, los hombres por su sendero natural. Los que se mueven en el agua, se olvidan de ella, los que se acomodan a las mudanzas del camino, se olvidan del camino sin ocuparse de nada, y así su naturaleza se basta a sí misma.

El artesano que conoce su técnica a al perfección, ya no piensa en ella, y los pies andan uno atrás del otro sin esfuerzo cuando son fuertes y ágiles.

Se olvida el pájaro de la gravedad cuando vuela. Se olvida el hombre de todo cuando anda por su propio sendero que le es natural.

Todo aquello que se vive como una falta: deseos, ambiciones, búsqueda del “éxito”, se hace sentir permanentemente, su presencia es total y se fija como obsesión, invade todo nuestro ser.

Lo que está, pero no es acorde a nuestra naturaleza, sobra: adornos intelectuales, espirituales, artificios, poses, modas, actitudes, mandatos. Sobran, pesan, se hacen sentir como un universo en la espalda. Es esforzado, agota y dispersa la energía vital, nos entorpece y desvía del sendero que nos es propio y auténtico.

Los que es natural no se nota, no hace ruido, pasa inadvertido, silencioso, invisible.

Lo artificioso va con andar torpe, forzado, ruidoso, brillante, estridente.

Lo que fluye por el sendero se hace simple, fácil.

Lo otro se arrastra por el camino, agota, enferma, distrae. Se nota.

Palabras de Vasta Oscuridad al maestro Sun.



"Vagabundeando al azar no estoy seguro de lo que busco.
En mi intriga o locura, no se a donde voy.
Viajo en perplejidad, observando lo inesperado.

Todo aquello que desordene los caminos de la esencia fundamental, o vaya contra el método de la naturalidad no alcanza la integridad o la totalidad.

En tal caso, las manadas de animales se desorientarán y los pájaros dejarán de cantar.
El desastre llegará a los pastos y árboles, la calamidad afligirá a los reptiles e insectos, la gente vivirá en medio de ilusión y la incomodidad.
Y el orden del mundo de las diez mil cosas se tornará confuso. Una situación tal es muy seria.

El camino del Cielo muestra el Método. Sólo aprenda a leer los mensajes del mundo natural todo alrededor.

Las respuestas están en las nubes, en las cascadas, en las montañas, los desiertos y los bosques. Sólo retorne a la tranquilidad y a la quietud interna natural.

Cultive y nutra la genuinidad, sin predisposición alguna.

Ubíquese en la no obstrucción, y todas las cosas se resolverán por sí mismas.

Ocúpese del verdadero cuidado. Nutra su energía vital y forma corpórea, quite el egoísmo, atenúe su inteligencia, venza el hábito y la obsesión, mire más allá de todas las relaciones pero no descarte a la gente.

Únase a la integridad común ilimitada.
Relaje su mente,
Libere su espíritu,
Olvide el juicio.
Sea impasible y totalmente imparcial, sin perder el espíritu de las emociones.
Cuando todo eso es alcanzado, la miríada de cosas del mundo se vuelve como una, y cada una retorna a lo que le es propio.

Deje de dar nombre a las cosas, deje de competir.
Deje de juzgar. Abandone las agendas personales.
Permita las cosas.
Que cada uno encuentre su propia naturalidad."

(Antiguo texto taoísta)

Gobernar el cuerpo es como gobernar un imperio



Para la medicina China somos gobernantes de un gigantesco imperio. El Corazón (mente-espíritu) es el emperador, sus ministros son los órganos y vísceras, y la población la infinidad de células, individuos agrupados en sociedades, aldeas y poblados que conforman la totalidad del imperio. 

El gobierno del sabio taoísta consiste en brindar todas las condiciones para que esas células-pueblo puedan realizar la tarea que les es natural sin obstáculos (homeostasis). 

El buen gobierno taoísta no es percibido: "los más grandes gobernantes apenas si son conocidos. Luego vienen los que son conocidos y amados. Después los temidos, y finalmente los que son despreciados. Cuando los actos de gobierno se cumplen sin discursos, el pueblo siente que ha podido realizar las cosas por su propia cuenta." (Tao te Ching). 

Más que hacer, quitar obstáculos al camino de la naturaleza. Si somos malos emperadores, el medio se contamina, se llena de trabas e impedimentos, y los pobladores, en lugar de vivir una plácida existencia haciendo lo que saben hacer, deben dedicar toda su energía a defenderse, curarse, quitar obstáculos, y si no lo logran, se vuelven malignos, enfermos incurables.

"Cuando el Tao prevalece en el mundo, los caballos tiran del arado y estercolan los campos. Cuando el Tao está ausente, hasta en las barriadas se crían caballos para la guerra." (TTCh)

Así, en medio de las revueltas y la agitación, el emperador finalmente se convierte en un tirano que no deja de actuar aquí y allá, impone, legisla, extirpa, mata con venenos. Pero su caída es ya inevitable. 

La danza



Todo está en permanente cambio, movimiento y transformación. Ningún fenómeno permanece estático.
Por más que nuestra mente ordinaria así lo perciba, en silencio, en el sendero de lo invisible, todo está mutando y convirtiéndose en otra cosa.

La fuerza vital, el Qi (chi), sustancia de la que todo está hecho en diferentes grados de condensación, jamás está en quietud.

Todo ser o fenómeno que percibimos como algo acabado, definitivo, no es más que un momento, un recorte, una foto en un proceso de transformación que ocurre en el vacío, en donde haya espacio, y transcurre y sucede en el tiempo.

Todo, desde la célula más ínfima hasta las vastas galaxias danzan y se mueven al compás de la fuerza creadora y destructora del Tao.

El arte de la adaptación es el poder contemplar esa coreografía de mutaciones y acompañarlas.

Creación y destrucción. Vida y muerte. Denso y etéreo. Disperso y condensado. No detener la atención en alguna fase particular y parcial de la danza. Yin y yang bailan el canto cósmico.

Nuestra mente es la que hace valoraciones sobre lo bueno y malo de cada movimiento. La fuerza no se detiene jamás.

En uno está juzgar, quedarse a valorar la foto, atarse al mástil de la barca en el temporal, o sonreír en silencio y bailar.

El cielo ruge y su fuerza empuja los dones de la tierra para dar nacimiento.
El trueno como un dragón lanza el comienzo de la caída del agua sobre los diez mil seres sin distinción.
La quietud de la montaña es donde el viento descansa.
El fuego que todo lo arrasa le hace guiños al lago que calla en profunda serenidad.

Así la danza es perfecta, nada sobra, nada falta, y las mutaciones se suceden en el teatro cósmico de la creación y la destrucción.

La escalera



Como Amaru la serpiente, arrastramos nuestras vidas de aquí para allá, perdidos en una densa niebla de incertidumbre, miedo e insatisfacción.

Sólo la fuerza y la bravura de un jaguar, de un puma, del feroz Uturunku es capaz de de lograr el sacudón que nuestras vidas necesitan para rebelarse a ese destino y ascender sin miedo por la escala de una conciencia mayor. Fuerza y Visión de lo oscuro, del lado nocturno, rebelión, paciencia y acecho nos van volviendo cada vez más libres si es que somos implacables con nosotros mismos.

Pero hace falta el paso liberador. El desterrar de nosotros cualquier furia que enceguezca, tirar al fuego todo punto de vista terrestre y montaraz limitado, por más poderoso que éste pudiera ser.

Y dar paso al nacimiento de las alas del espíritu, ascender a la cumbre y volar como el Kúntur señor del cielo, al que nada de la realidad se le escapa, el dueño de la Visión total desde las alturas. Inocencia sin rastros de odio, resentimiento, juicios, parcialidad. Cóndor-niño. Su ascenso libre es el techo y mirador de la Tierra. Ojos de faro, alma de cosmos. 



Re-ligar



Religión es re-ligar, volver a unir, reunir.

La religión de re ligarse con la esencia auténtica propia, con el animal perdido, el regreso al vientre de la pachamama. 

Regresar al ser verdadero, que se encuentra tapado de capas y capas de educación, cultura, dogmas, juicios, prejuicio y demás porquería pesada como lastre.

Un rezo de coplas, un canto de viento en el rincón sagrado que estén pisando sus pies.

Una re-ligión que quita cáscaras, que alienta a barrer la mugre que tapa nuestro brillo esencial.

Los ritos son todos los actos de la vida cotidiana vividos con sacralidad: el oficio que hacemos, la caricia al hijo, comer de manera presente, mirar a los ojos a ese otro. Tender la mano. Sin más ley que la gauchada grabada en la tabla del corazón.

Sin más sacerdote ni cura que el pájaro, la liebre, el gato montés o el ñandú.

Los templos son arroyos, el cerro, ese monte y la llanura que es una catedral de silencio, infinidad y oración pagana en el pecho de aquel que anda por los caminos.

Jbv.

Foto: Juli Beccar Varela, foto más votada en el concurso "Madariaga pago gaucho".

viernes, 8 de diciembre de 2017

El yin y el yang son implacables. Nada tienen de magia o abstracción.



Esta realidad se aplica a todos los fenómenos del universo. Desde las galaxias hasta las partículas subatómicas responden a esta ley, a esta dualidad implacable que muestra que todo está intrínsecamente relacionado como una gigantesca red cósmica (awásqa).

El universo es integral. El hombre moderno no lo es. Es fragmentado y ve a la realidad en compartimientos estancos o casilleros separados en columnas que no se unen.

A no incide para nada en B, y cualquier modificación que sufra B pasará inadvertida para C. Así actuamos y vamos por la vida.

El trabajo que hacemos no tiene nada que ver con la espiritualidad, lo que comemos en nada esta relacionado con la salud, la manera en que tratamos a nuestra pareja es independiente de nuestra ideología política.

Podemos extraer recursos naturales ilimitadamente o modificar la geografía y los ecosistemas sin que existan consecuencias ambientales, o pensar que nuestro consumo para nada estimula la explotación de personas, plantas o animales.

Se puede tener una vida consumista, productivista y a toda velocidad, que a la vez sea "sustentable", "eco", "verde", "humanista".

Nada está relacionado entre sí. Las premisas A + B no siguen lógicamente a la conclusión C. Así funciona el mundo hoy, y por eso nos "sorprenden" el cambio climático, la "violenta inseguridad" en los mega conurbanos hacinados de marginación y exclusión, la infelicidad crónica, los problemas gastrointestinales y las crisis económicas.

Con los ojos bien abiertos, como vaca que ve pasar el tren, no podemos entender de donde NOS aparecen estas calamidades. Nuestro pensamiento supuestamente racional encuentra su límite y nos consolamos con "castigos divinos", "la mala suerte", "la humedad", "la crisis", todas entidades mágicas y sobrenaturales que nos azotan.

Esta civilización que se jacta de ser racional y científica, en realidad está sostenida por el más infantil, caprichoso y estúpido pensamiento mágico: el de creer que lo que hagamos en pos de nuestros berretines no tendrá consecuencias, que un sistema basado en el crecimiento y consumo infinitos apoyado en un planeta de recursos finitos limitados no provocará un colapso mundial, que puede haber grandes riquezas sin que haya enormes masas de pobres y miserables; o que tener cada vez más imbéciles deseos y necesidades inventadas nos llevará al reino de la satisfacción y la felicidad.

La ley más madura, científica e implacable es la que entrevieron los viejos taoístas e indios americanos: la del yin-yang o el Yanantin. Todo está indefectiblemente relacionado, cada cosa que hacemos o dejamos de hacer trae en su interior a su contraparte. No puede ser una aspiración realista eliminar alguno de los dos polos: todo "bueno" sin nada "malo".

Lo más serio y adulto que podemos hacer es ser conscientes de esta regla de hierro y buscar modificar nuestra vida hacia la integración de todos sus aspectos, saberlos unificados y procurar el balance y el equilibrio dinámico. 

Ha llegado el fin de los "100 años de silencio"




Desde hace unos años ha comenzado a darse en el seno de muchos grupos indígenas un movimiento sutil, un leve giro que tiene por eje la cosmovisión originaria, quizá la expresión más acabada de su particular manera de estar en el mundo y la vida. Están empezando a mostrar a los demás ese "tesoro" que durante tantos años permaneció oculto y protegido.

Es un movimiento todavía tenue, que coincide además con la necesidad de muchos occidentales de buscar nuevos caminos para afrontar la actual crisis que se manifiesta en todos los órdenes de la vida contemporánea.

Algunos ancianos mapuches dicen que han finalizado los "cien años de silencio" que se impusieron después de la derrota sufrida por el estado nacional en el siglo XIX. Y más al norte, en las culturas de los Andes, los quechuas hablan del nuevo "Pachakutej", ese "Darse vuelta la tierra" que se produce cada ciertos ciclos del tiempo, trayendo aparejados cambios profundos, que esta vez, según parece, es para todos y no sólo para los originarios.

Se está construyendo así un puente, una zona de encuentro, en la cual los indígenas tienen mucho para decir y ofrecer. Especialmente en lo referido a la recuperación de una visión totalizadora, asentada en valores básicos como la relación armónica con la naturaleza, el cuidado de todos los seres vivos, el respeto por los ancianos y los niños, el sentirse parte de la tierra y del universo, el sentido comunitario de la vida.

Es que una buena parte de indígenas y occidentales están transitando un verdadero cambio de conciencia, como si prepararan el terreno hacia un futuro distinto, hacia una nueva visión del mundo que integre todas aquellas perspectivas que coadyuven en la construcción de una sociedad que sea una síntesis superadora. Para hacer carne la idea de los "Chaka runa", esos "hombres y mujeres-puente" que tenían la responsabilidad de reunir e integrar y de los que hablaban los incas.

Este novedoso proceso reafirma y recrea la identidad indígena en una sociedad argentina que marcha -como el resto del continente- hacia una nueva configuración, caracterizada por la diversidad y la presencia de un multiculturalismo donde la aceptación y valoración de las diferencias será una de las reglas fundamentales.

De los pueblos originarios, el momento parecería estar signado por el fin de los "cien años de silencio", esa pausa existencial de auto protección y preservación que se impusieron después de la conquista de los últimos "territorios indígenas libres" a manos del Estsdo argentino. Esto llevará así un proceso de flexibilización y diálogo hacia los otros sectores no indígenas de la sociedad que, en los últimos años, parece empezar a manifestarse con mayor intensidad.

La reparación de deudas históricas, incluyendo las que tiene el propio Estado argentino para con los pueblos indígenas, como la resolución del conflicto de las tierras y territorios que sigue apareciendo como la reivindicación primera e indiscutible, es una asignatura pendiente sobre las cuales no podrá pasar mucho más tiempo sin ser satisfechas por parte del conjunto de la sociedad.

Es que los indígenas de nuestro país están frente a un doble desafío: caminar decididamente con sus propios pies, sentirse definitivamente orgullosos de ser ellos mismos, hacer oír sus propias voces. Y, al mismo tiempo, asumir que ellos tienen un mensaje para todos los que habitan este suelo: la Madre Tierra está herida y en peligro. Como sostienen los paisanos guaraníes, la Tierra está cansada de vivir.

La noción del cansancio cósmico nos remite a la profunda relación de los pueblos con la naturaleza y el universo; una relación que entiende a la tierra como un ser vivo, que asume como un deber del hombre el tener que cuidarla, que lo liga espiritualmente con el suelo que habita, pues sabe que allí descansan los "antiguos", y que allí también se asientan los valores comunitarios.

Una relación con la naturaleza y el universo donde se respetan las otras formas de vida, como los animales y las plantas, de los cuales el hombre tiene todavía mucho que aprender. En el caso de los animales, los indígenas disponen -como indica la ley de los antepasados- sólo de aquellos que son indispensables para la subsistencia, haciendo del principio de no matar de más un mandato sagrado. En cuanto a las plantas, ellos conocen desde hace miles de años la inmensa sabiduría que encierran.

La Tierra es el hogar y su cansancio vital puede llevar a un punto de no retorno para todos los seres humanos. Los pueblos originarios, por esa relación particular con ella, son uno de los principales interesados en advertir esta situación. Y al ser los que mejor la entienden, son los que tienen una capacidad especial para cuidarla.

Hoy muchas voces se alzan para decir que valorando y reivindicando a los grupos indígenas también estamos protegiendo millones de hectáreas de biodiversidad, y una manera de estar en el mundo que contribuye decididamente a una forma de vida más armónica.

El desafío que tenemos por delante se centra en la necesidad de caminar juntos por la ancha avenida de los nuevos tiempos por venir, signados por el respeto y la valorización de las identidades propias, pero con la novedad de intercambiar, dialogar, y celebrar el surgimiento de un mundo más espiritual, pacífico y esperanzador.

Carlos Martínez Sarasola, "De manera sagrada y en celebración". 2009.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

La curación natural y el lenguaje del cuerpo




Cuando el cuerpo nos habla a través de algún dolor, síntoma x, malestar difuso, inmediatamente buscamos acallar esa voz con alguna pastilla.

Es la escena de "Madagascar", en la que el avión está cayendo, suena una alarma y se prende una luz, y el pingüinito la destroza y la silencia y dice: "problema resuelto"; pero obviamente el avión sigue cayendo en picada.

El cuerpo siempre se está expresando pero no lo escuchamos. Empieza hablando bajito, educadamente, como un murmullo.

Pero como vivimos totalmente inconscientes de ser un cuerpo (siempre estamos en nuestra cabeza, somos sólo una mente) no le prestamos atención en absoluto. No conocemos su lenguaje. Cuando llegamos a oírlo es porque este cuerpo ya se ha cansado de darnos señales sutiles y se ha puesto a gritar.

En ese momento nos asombramos grandemente y nos preguntamos: "¿y esto de donde viene?"

Entonces, inmediatamente corremos al doctor o a la farmacia para acallar ese grito (que interpretamos como una extraña interrupción de nuestra normalidad) para poder continuar con nuestra vida tal cual la venimos haciendo sin necesidad de modificar nada.

El desequilibrio ya es tal en esa instancia, que sólo una fuerte medicación, una cirugía o un tratamiento de shock puede darnos algún alivio.

Las plantas medicinales, al trabajar de forma gradual, sutil y silenciosa, nos ponen en situación obligada de empezar a conocer y escuchar el lenguaje con el que nos habla nuestro cuerpo-mente-espíritu.

De esta manera, si identificamos y descodificamos el mensaje en su etapa germinal, podemos con hierbas, alimentos, ejercicios energéticos y modificando el error que estemos cometiendo que nos lleva a ese desequilibrio, volver atrás.

Por eso son tan importantes para aquel que decide tomar el sendero arduo de la curación natural, el silencio, las prácticas como el taichi, Qi gong, yoga, etc. que nos re conectan con el cuerpo y con nuestra energía y nos sensibilizan con su lenguaje para poder comprenderlo.

Con esta escucha del cuerpo, el conocimiento de los yuyos y con la conciencia de que nos desequilibramos cuando cometemos faltas contra las leyes naturales del funcionamiento de nuestro organismo, podemos prevenir, corregir y vivir de una manera saludable naturalmente.

Todo esto va acompañado de una férrea voluntad. "Enfermedad" proviene del latín "Infirmitas", que significa "falta de firmeza".

Voluntad de salir de la comodidad y tener la firmeza para asumir la propia responsabilidad por nuestra salud, de adoptar hábitos nuevos, dejar hábitos viejos, y entender que no hay compartimientos separados cuerpo/mente/espíritu, sino que todo se trata de integrar, gestionar eficazmente nuestra energía y fuerza vital, no drenarla en acciones, rutinas, relaciones y emociones que nos debilitan, y reunirnos otra vez con la tierra, con nuestra animalidad perdida y abandonada hace ya demasiado tiempo. 


Apuntes post intercambio de ideas con gente valiosa y que busca la integridad

🌱No esperar coherencia en nadie más que uno mismo. Ser implacable con uno, blando y piadoso con los demás. 

🌱Perder de una puta vez por todas la necesidad de tener razón, de ser agudo, brillante y de cambiar el mundo. 

🌱El combate es con las propias miserias e incoherencias. 

🌱Este es un camino solitario, transitado sin esperanzas de lograr frutos masivos. No debe ser ese el motor. Caminarlo solo por la íntima conciencia de ser impecable, de ahorro y buena gestión energética personal, de acumulación de poder vital para tener una vida plena. 

🌱Integrar los diferentes aspectos de nuestra vida para liberarlos de los compartimientos estancos en los que los metemos como si fueran cosas separadas y no tuvieran nada que ver entre sí: trabajo, vocación, pareja, familia, el lugar donde elijo vivir, entretenimiento, espiritualidad, estudio, etc. Así nos volvemos seres integrales y más saludables mental y físicamente. La sanación profunda llega cuando lo vario se hace uno. 

🌱El testimonio personal de las decisiones y actos cotidianos puede ser inspirador y transformador para alguien más. Aún para el menos imaginado. No desalentarse por el vacío y el frío silencio que se hace alrededor entre las personas y círculos conocidos y queridos. En el momento menos esperado, llega una palabra de aliento de parte de alguien a quien uno ha servido de faro, inspiración o cachetazo. Y sino, pecho. 

🌱No buscar los frutos de nuestras acciones. No apegarse a ellos ni que sean nuestro motor. Pasar de largo, continuar la tarea con perseverancia, pasión y completo espíritu de desinterés. 


viernes, 17 de noviembre de 2017

Vuelva al monte paisano: Fantasías de sábado soleado a la mañana



Hay que salir de la ciudad. Abolir ese paradigma caduco de convivencia (¿?) alienante de una vez por todas. Retomar el contacto con la Madre Tierra. Volver a ser los animales que nos corren por dentro, dormidos, drogados de urbanidad y civilización.
Dejar el balcón y la terraza, y las absurdas largas caminatas sobre cemento para acceder a un poco de pasto planificado. 

Dejar la ciudad, ir a los campos, los cerros, las selvas. Tenemos un país gigantesco y vacío. 

Formar comunidades pequeñas, autosuficientes, cooperativas y no competitivas, aldeas donde la democracia directa y horizontal y el respeto a los viejos y sabios sea ley no escrita. En las que la autoridad surja de manera natural y espontánea, libre. 

Sentir la sangre cómo vuelve a fluir por las venas. Cómo la piel retoma su color vivo. 

Los músculos se tonifican y las panzas se desinflaman.
El aire entra a raudales. Las sonrisas se dibujan y el final del día es de un sueño profundo y reparador, sin perturbadoras interrupciones.

El animal que vive en nosotros pide salir, que Recordemos. Dejar el traje de autómata programado de vidas atravesadas por diez mil artificios, y que la simpleza vuelva a reinar. 

La comida local y real en la mesa de todos. Que las estaciones y los cinco elementos manden y ordenen.
El sistema inmunológico sano y fuerte. Una mente poderosa, y prados llenos de yuyos sanadores.
El agua de arroyos claros o de lluvias limpias en las jarras y las pavas.
Saludos, silencio y una vida descalza sobre el pasto y bajo el sol. Donde un aguacero no sea una amenaza sino una bendición.
Recordar, recordar que fuimos y somos tierra que anda, y que busca volver. 

Jbv

El primer maestro




Los maestros iniciales. Los que nos dan ese primer empujón, esos que nos señalan el lugar donde el sendero comienza para que luego nos adentremos en la espesura del monte por nosotros mismos.

Le dice don Juan Matus a Carlos: "Nosotros no necesitamos que nadie nos enseñe, porque en realidad no hay nada que enseñar. Lo que necesitamos es un maestro que nos convenza de que existe un poder incalculable al alcance de la mano."

Tal vez no sean los que nos develarán los misterios del universo, o nos guíen en nuestro aprendizaje profundo de alguna práctica o conocimiento en particular.

Pero el primer maestro, ese que sabe hacer vibrar la fibra del estímulo y el entusiasmo, que nos alienta a tomar por asalto nuestro poder, es para mi el más importante de todos los maestros. Sin él, tal vez nada hubiera comenzado.

¿Qué es taoísmo?




Taoísmo es una manera de estar en el mundo y de tratar con las cosas.
Es un modo de relacionarse con los otros, con la naturaleza y los fenómenos de la vida. Es una práctica y un camino.

Así es que el taoísmo abarca todas las esferas de la vida ordinaria del practicante. No es algo que "se hace" en determinado momento del día o de la semana. No es necesario asistir a ningún sitio sagrado ni particular. El templo es la vida misma, el ritual son todos los actos cotidianos; y sin embargo, si es correctamente andado el sendero, no se nota. Es sin afectaciones, adornos o ñoñez. Es silencioso, invisible, común. No hacen falta ropas extrañas, peinados o barbas estrambóticas.

Todo se hace de un modo y con una intención diferente, y sin embargo nadie lo ve; aunque "algo", envuelve al practicante.

Los relatos taoístas están llenos de personajes sencillos como carpinteros, barqueros, carniceros, simples agricultores, que deslumbran a los eruditos y nobles con su sabiduría.

Es difícil explicar las diferencias, pues sólo se entienden adentro, sin palabras.

Por eso dicen que es una experiencia frustrante mostrar el Tao: al ser explicado, suena vulgar, obvio, insípido, opaco, sin ningún atractivo.



Dijo Lao Tse, el oscuro archivista de biblioteca: 
 
"El Tao que puede ser expresado con palabras no es el Tao verdadero.
El que se ha liberado de su importancia personal ve su esencia y maravilla.
El habitualmente lleno de deseos y apegos no ve más que sus últimos reflejos.
Hacer las cosas sin hacerse cosa con las cosas. No reclamar posesión, no esperar resultados.
El trabajo es hecho sin que sea visto, por eso parece siempre por hacerse, y así es como prospera."

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Los ejes de mi carreta




Dice Fung Yu Lan en su Historia de China: "Este es también Aquel. Aquel, es también Este. Que Aquel y Este dejen de ser opuestos constituye la esencia misma del Tao. Sólo esta esencia, como un eje, es el centro del círculo, que responde a los cambios sin fin."

Y cantó Yupanqui en los versos de Risso: Por eso el ruido de los ejes habla de que hay movimiento. Si existe s
ilencio de quietud, es porque hay estancamiento o se desea la detención. Y eso no es natural.

Cuando uno está en el fleje de la rueda, hay agitación y sacudón en el movimiento. Cuando uno se sitúa en el eje, hay quietud en medio de la confusión, y puede observar imparcialmente, en silencio, desde el centro mismo.

Uno no es "abandonao" por no engrasar los ejes del cambio, por querer disfrutar de ser conciente de ese movimiento. Cuando hay vacío interior, no se necesita silencio, pues ha cesado el pensamiento, se ha fijado el foco en la esencia, y no en la oposición y aislamiento de los fenómenos.

La evolución del ruido al silencio, de ese solitario carrero criollo de la pampa que envuelto en la infinidad de mutaciones del Tao, hace foco en el eje esencial de la rueda. Como quien en profunda meditación se concentra en el eje de su respiración para asir la mente en el círculo infinito del cambio.

"No necesito silencio, yo no tengo en qué pensar. Tenía, pero hace tiempo, aura ya no pienso más.
Los ejes de mi carreta,
Nunca los voy a engrasar."

viernes, 3 de noviembre de 2017

El carpintero




El carpintero atento corta la Madera. Realiza los movimientos adecuados, la presión justa de la mano sobre el serrucho y la caladora. El olor del cedro en el aire, todo lo inunda de su aroma. El sonido de la máquina en el taller.

La textura de la madera sin cepillar, peluda, rasposa. La garlopa, el cepillo de mano, la viruta que se enrolla como rulos en el bote de madera y luego salta al paso de la cuchilla. Brillosa madera, refleja la luz.

Todo el carpintero está ahí. Con notable precisión ensambla con golpecitos cajas y espigas. Va tomando forma el mueble. Un banquito quizás.

El olor del cedro, guarda en sí los trinos de los pájaros que habitaron aquel valle de Bolivia tal vez, el rumor de algún riacho que pasaba cerca, y el beso de algunos amantes que se fusionaron al pie del cerro lejano. Todo eso vibra en las manos del carpintero. Y él asume esa dimensión con total responsabilidad.

Allí está la pieza terminada, nada extraordinaria. El carpintero siempre estuvo ahí presente, en cada inhalación, en cada exhalación. En el olor, el sonido de las herramientas, en el “chisss” de la raspilla y la lija. Siempre ahí. Cuando se iba, traía de vuelta su mente aquí.

A pocas cuadras, otro carpintero realiza un mueblecito similar. Preciso, prolijo, firme. Pero está vacío, aislado. El otro lleno, en comunion.

Estar o no estar en la acción. ¿Será lo mismo? Entre el artesano y la obra, ¿hay vacío, o el continuum energía-materia entre dos cosas que para el distraído parecen separadas, pero que están indefectiblemente unidas para el atento? ¿Son lo mismo ese cedro lejano, los pájaros, los amantes, el río y el carpintero presente?

¿Y el cedro y el carpintero que vagaba por sus pasados, futuros, frustraciones y ansiedades, pero estaba ausente mientras trabajaba, son lo mismo?

Y así la vida. Y todo lo que hacemos, puede estar bellamente unificado con cada ser y acto que aparenta ser aislado, tomando de esa manera una dimensión universal, o podemos vivir en el reino estanco de los fragmentos separados, y las vidas ausentes. Estar en lo que hacemos, uno con todo.

La naturaleza actúa complementando opuestos


 
 
La naturaleza actúa complementando opuestos. Vacía lo lleno y llena los vacíos.
El que está atento a este proceder y lo imita, no encuentra oposición, y su acción se hace espontánea, simple y fluida.
Pareciera que no hiciera nada, que todo se hiciera por sí mismo.

"Se completará lo incompleto, se enderezará lo torcido, se llenará lo vacío, lo gastado se renueva. Aquel que desea poco se beneficia, el que desea demasiado se extravía.
El sabio abraza el Tao y se constituye en modelo: no se exhibe y sin embargo brilla, no se interesa por sí mismo, y es venerado; no se jacta y recibe reconocimiento. Su mérito consiste en no fanfarronear, vacilar, ni pelear.
Como no compite con nadie, nadie compite con él." (T. T. Ch. Cap. 22)

Así, el que hace silencio es escuchado con suma atención, y son ignoradas las razones del que no deja de parlotear.

El que se aleja es buscado, el que está siempre presente es un plomo.

Cuando busca ansiosamente se pierde, cuando se deja ir, el Camino lo encuentra.

Este es el secreto de abrazar el yin, y recibir el yang.

JBV.
Imagen: símbolos equivalentes al oriental yin yang encontrados en la América pre hispánica.

Ayer como hoy es imposible hablar de lo verdadero




"Con palabras no puede nombrarse ni señalarse el Camino verdadero.
A lo que puede dársele un nombre jamás es lo esencial." Con esta idea comienza Lao Tsé su breve y lacónico Tratado del Camino (Tao Te Ching) escrito hace 2700 años.

A la luz de los descubrimientos de las teorías cuánticas el siglo pasado, los más modernos físicos del pensamiento occidental, se toparon con el mismo problema que aquel viejo taoísta que se dio cuenta de que su conocimiento de la profunda realidad no podía ser expresado por medio del lenguaje conceptual.

Al respecto de esta paradoja escribió el científico Fritjof Capra: "El estudio del mundo atómico obligó a los físicos a admitir que nuestro lenguaje común no sólo es impreciso, sino totalmente inadecuado para describir las realidades atómica y subatómica. La teoría cuántica y la teoría de la relatividad, bases ambas de la física moderna, ha puesto de manifiesto que está realidad trasciende la lógica clásica y que no se puede hablar en el idioma corriente.
Dice Heisenberg sobre la física cuántica: 'no tenemos ni una sola guía que nos permita correlacionar los símbolos matemáticos con conceptos del lenguaje ordinario, y lo único que sabemos desde un principio es el hecho de que nuestros conceptos comunes no puede. Aplicarse a la estructura del átomo.'

Los primeros científicos naturales, que fueron sin duda los viejos taoístas, siempre han admitido el hecho de que la realidad trasciende el lenguaje ordinario y así los sabios nunca tuvieron miedo de ir más allá de la lógica y los conceptos comunes.

Esta es la principal razón por la que sus modelos de la realidad constituyen la base filosófica más aproximada a la física moderna que los modelos de la filosofía occidental.

Los problemas del lenguaje con que se encontraron los místicos orientales son los mismos con los que se enfrentan hoy los físicos modernos.

Tanto el físico como el místico desean comunicar su conocimiento y cuando lo hacen con palabras sus afirmaciones resultan absurdas y están llenas de contradicciones lógicas. Estos absurdos son característicos de todo misticismo, desde Heráclito hasta Don Juan Matus, y ahora, desde principios del siglo XX, lo son también de la física."

Será por eso que el callar, el silencio, fue siempre tan apreciado no sólo como forma de conocer la realidad, sino también como método de transmisión y enseñanza. La potencia de la pedagogía del silencio, del enseñar callando, y más bien haciendo.

"El que sabe no habla. El que habla, no sabe." (Tao Te Ching).

viernes, 20 de octubre de 2017

El tocador de quena



"El espacio entre el Cielo y la Tierra puede ser comparado con un fuelle, aún estando vacío, nunca se agota. Más oculto y silencioso trabaja, más produce."

Tao Te Ching, cap. 5





El Cielo y la Tierra son comparables a una quena en la que se sopla. El instrumento está vacío, pero el aire hace surgir de él sonidos tanto más variados cuanto más se sopla.

Todas las melodías infinitas brotan en serie ininterrumpida, siempre desde adentro de la caña, que no tiene sonido en sí misma.

La flauta es la tierra, lo Receptivo; el Huayra, el soplo, es el Cielo, lo Creativo.

Pero ¿quién pone el Huayra en movimiento? Quién es el gran tocador de quena que hace brotar de la flauta de caña mágica todo el variado mundo, los infinitos fenómenos y transformaciones, la existencia de los diez mil seres?

Actúa oculto, sostiene y nutre a buenos y malos igual, no pide reconocimiento, no le importa. Dicen que es muy viejo, le llaman Tao.

JBV
Imagen: vasija de la cultura Recuay (Sierra del departamento de Ancash, Perú, 200-600 d.C.).

viernes, 13 de octubre de 2017

Algunas enseñanzas del I Ching






1.-Poderosa es la acción de la naturaleza. Las personas sabias se sirven de ella para fortalecerse continuamente.


2.-Las personas sabias apoyan a los demás enriqueciendo su calidad moral.


3.-Las personas sabias reflexionan sobre sus motivaciones.


4.-Las personas sabias fortalecen su virtud mediante la acción provechosa.


5.-Las nubes ascienden hacia el cielo mediante la espera; lo mismo hacen las personas sabias descansando y disfrutando de la comida y de la bebida.


6.-Las personas sabias calculan y planifican antes de empezar cualquier acción.


9.-Los líderes embellecen las cualidades de su cultura.


10.-Los líderes distinguen entre arriba y abajo y definen las aspiraciones del pueblo.


12.-Las personas sabias evitan el conflicto mediante la virtud de la sobriedad, negándose a trabajar sólo por dinero.


14.-Las personas sabias detienen el mal y promueven el bien, obedeciendo al cielo y aceptando su orden.


15.-Las personas sabias toman de los que tienen mucho para dar a los que tienen poco, valorando a la gente con imparcialidad.


16.-Los gobernantes del pasado hacían música para honrar la virtud, ofreciéndosela generosamente a Dios, para compartirla con sus antepasados.


17.-Las personas sabias se recogen a la puesta de sol para descansar.


18.-Las personas sabias inspiran a las demás para desarrollar la virtud.


19.-Las personas sabias apoyan y protegen a la gente ilimitadamente mediante el pensamiento y la educación inagotables.


20.-Cuando los sabios utilizan el camino espiritual para enseñar, todo mundo los sigue.


21.-Los antiguos reyes promulgaban leyes con sanciones claras.


22.-Las personas sabias aportan claridad en los asuntos de gobierno sin atribuirse nada de manera presuntuosa.


23.-Las personas sabias valoran el proceso de crecimiento y desaparición, de lleno y vacío, ya que éstas son las leyes de la Naturaleza.


26.-Las personas sabias recopilan muchos dichos y obras del pasado para fomentar su virtud.


27.-Las personas sabias callan deliberadamente.

28.-Las personas sabias pueden actuar solas sin miedo, y pueden abandonar la sociedad sin ansiedad.


29.-Las personas sabias aprenden a enseñar aplicando constantemente la virtud.


30.-Las personas excepcionales brillan en las cuatro direcciones con luz permanente.


31.-Las personas sabias aceptan a los demás con apertura.


32.-Cuando los sabios perseveran en su camino, el mundo entero evoluciona hacia su plenitud.


33.-Las personas sabias mantienen a las personas ignorantes a distancia, no con desdén, sino con dignidad.


34.-Todo lo que no es apropiado, es evitado por las personas sabias.


35.-Las personas sabias iluminan la virtud al reflejarla.


36.-Al tratar con las masas, las personas sabias son discretas a propósito, aunque estén iluminadas.


37.-Las personas sabias hablan con realidad y actúan en consecuencia.


38.-Las personas sabias son como las demás, y sin embargo son diferentes.


39.-Las personas sabias desarrollan sus cualidades mediante la autoobservación.


40.-Las personas sabias olvidan los errores y perdonan las culpas.


42.-Cuando las personas sabias ven el bien, actúan conforme a él, y cuando han cometido un error, lo corrigen.


43.-Las personas sabias distribuyen su riqueza para alcanzar a los que están bajo ellas, pero se resentirán si se enorgullecen de su virtud.


44.-Los líderes imparten instrucciones anunciándolas en las cuatro direcciones.


45.-Las personas sabias utilizan armas defensivas para prepararse para lo inesperado.