viernes, 13 de agosto de 2021

Disolverse


 

Disolverse en la lentitud,

Educarse en el no hacer.

Vagar libre y tranquilo como propósito íntimo.

Transitar la libertad como camino y destino.


En la estratagema del ayuno de palabras

Y la ardua tarea de acallar el diálogo interno

Me fue dado el

Ganar silencio aún en el decir.


Me alejé de la productividad como de una peste,

Retiré mi interés a la especulación,

Me olvidé del mandato de lo útil y aprendí la utilidad de lo inútil.


Una serena distancia de la agitación de los asuntos de los hombres me otorgó salud y felicidad.


Una atenta escucha a los mensajes de mí cuerpo me ayudó a descubrir algunas sombras.

Una hernia umbilical me mostró mi abandono del centro del mandala y me señaló el sendero para retornar.


Una práctica cotidiana del ir en seguimiento de mi sentir me ayudó a tener paz interior.


Y la habito plenamente cuando llega, y la recuerdo para volver a alinearme cuando me alejo de ese recinto sagrado.


Presencia, presencia, y más presencia. Habitar con plenitud cada instante. Todo el resto son artilugios para conseguir esa llave maestra que abre las puertas para regresar a casa.


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