Has cambiado de ciudad,
has andado los caminos,
Mas tu pozo permanece limpio, puro, fresco y concurrido de sedientos.
Ahora posees una poderosa claridad interior,
Tu fuego refulge por toda la comarca,
Y tu serena alegría es un lago que reúne cien arroyos de montaña que amansan sus bríos al llegar a vos.
La muda comienza,
Amaru abandona su vieja piel,
Al gusano le nacen alas
Y la fe en el poder personal cuando suspende al fin la incredulidad y se abraza definitivamente al Gran Misterio es la última y más grande revolución interior.
El propósito de ocupar ya tu lugar se manifiesta firme y serenamente, y ya de nada puedes arrepentirte. Todo te ha traído hasta aquí.
Cuando todo cambie afuera, muda pues con los tiempos, ten fe en las transformaciones y apoya toda revolución, fundamentalmente si proviene de los jóvenes y los niños.
Cuando las mutaciones se manifiesten en tu interior,
Ya no te hagas el tonto, sepulta ese cadáver y no sigas haciendo de cuenta que sigue vivo.
El olor es ya nauseabundo.
¡Deja eso viejo atrás y resucita ya de una vez!
¿Ya no hay nadie que te reconozca en los caminos? Viven todos atados a la vieja imagen que tienen de vos y nadie en la aldea percibe aún tu renacimiento.
Pero te has vuelto lago, un hondo lago lleno de fuego y de claridad en su interior, que convoca alegremente a viejos conocidos y a extraños a amansar sus bríos en él.
Abrazar los cambios,
Desollar y sepultar el cadáver,
Mudar la piel.
Ocupar el lugar correcto, el que te está destinado,
Salir del viejo sepulcro a recorrer los nuevos senderos guiado por el poderoso llamado del ardor interior.
Susurros del I Ching, hex. 49, la Revolución, la Muda, Desollar, Quitar la cobertura, Rebelarse.
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