jueves, 5 de agosto de 2021

Hasta el Gran Misterio


 

Voy decidido en mi camino hacia casa.

Mis pasos son firmes y certeros, a veces dubitativos, otras tímidos y cada tanto me pierdo entre la espesura del bosque.


Pero como dijera el boddisattva del bajo Belgrano, “un guerrero no detiene jamás su marcha”, y es por ello que avanzo aún en mi aquietamiento y cuando no voy en mis pensamientos más allá de la situación.


Sentarme quieto sin hacer nada, 

Vagar libre y tranquilo,

Pescar inútilmente sin anzuelo 

Y tocar canciones con mi guitarra sin cuerdas.


Todo eso está en función del Camino de regreso.

Y mis iluminaciones, mis ignorancias profundas a las que anhelo echar luz.


Los amigos, los hijos, el amor. 

Las agujas que tejen la cósmica red de la conciencia y la energía interior, los vegetales maestros, un antiguo libro que guía mis pasos.


Un río ancho que parece el mar, arroyos e islas decidoras, unos cerros de nostalgia.

Algunas canciones,

Versos y divagaciones plasmadas en el papel y las pantallas. Intuiciones innombrables que quedarán en mí.


Todo va en mi mochila de viaje. Hasta que mis días se gasten, el Gran Misterio me llame al fin de regreso para revelarme el secreto de la Broma Cósmica, y yo me marche chiflando como si nada entre sonrisas y expresiones de maravilla, entonando la oración del silencio.

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