jueves, 30 de junio de 2022

A las cuevas!

 



Sin buscar busco hallar lo que aquellos dejaron sembrado en las cuevas.


Sin que importen para nada las elucubraciones de los doctores de la ley, los catequistas, teólogos, dogmáticos y demás artistas del rito, el silogismo y la palabra.


En cuclillas, con la mirada lejos y cerca del fuego. 

La observación salvaje, portando un silencio interior abrumador, la expresión absorta, el corazón abierto y la cabeza vacía.


Sintiendo la fuerza, la voz antigua que viaja en el aire. Ir hacia los sitios que fueron santuarios y lugares de poder.

Y con-templar, en cualquier parte hacerse templo con el hálito vital que galopa en la sangre de cualquiera que asuma su humanimalidad olvidada y descarte al fin el ansia empobrecedora de volverse un ser civilizado y domesticado.


¿Será como dijo Picasso, que después de Altamira todo es decadencia?

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