jueves, 30 de junio de 2022

Los inmortales

 



El viejo sol, cansado, 

Comienza su lento declinar hasta el lejano invierno en esta fascinante tierra taurina.


Allá lejos, en mi patria, mis paisanos reciben en la noche helada el retorno de la luz.


Unos íntimamente,

Otros con ritual,

Otros ni enterados.

La fuerza cíclica de la vida trasciende cualquier apropiación.


El puro yang es un instante,

El puro yin también.


Nada se sostiene en su estado. 

Aferrarse es una locura.


La muerte es un mito,

Todo está yendo hacia otra parte,

Las cosas y los seres están mutando en algo más ahora y siempre. 

Lo que falta aquí, está allá en el otro polo. Y luego se dará vuelta la tortilla.


La inmortalidad taoísta nada tiene que ver con peligrosos elixires y rituales, ni con extravagantes prácticas energéticas y respiratorias.


La inmortalidad pasa por nuestras narices todo el tiempo mientras nos perdemos en esas cosas raras. 

Es esta honda comprensión de que en cada uno de nosotros pulsa el ciclo y la transformación, y que en nuestro ser late una eterna cadena de vidas que ya no están, y otros que aún no existen, en los que nosotros viviremos.


El Qi que sustenta nuestra vida corriendo por los meridianos, pudo haber sido también el de alguien más que ya no tiene la forma que tuvo, pero vive en nosotros.


Nosotros somos los otros, los otros nosotros, y eso es cosa muy mucho delicada.

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