Más santo te ves,
Más demonios encerrados en los sótanos escondes.
Más hablas,
Más silencio necesitas.
Más amor a la humanidad profesas,
Menos amor sientes por los individuos.
Más castigos exiges,
Menos crees merecerlos vos.
Más severo te muestras,
Menos resistente a la dureza cuando te toca.
Más alegre,
Más tristeza interior.
Más culto te presentas,
Más ignorante de las simples cosas humanas.
Nada ni nadie escapa a esta ley.
Ningún árbol crece hasta el cielo sin que sus raíces alcancen también el infierno.
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