jueves, 30 de junio de 2022

Ampliar la visión


 

No existe el esfuerzo si tu hacer es una espontánea manifestación de tu naturaleza intrínseca, si tu acción proviene suave y líquida como el flujo de un interno manantial.


La minuciosa y detallada preparación de las cosas es el camino enseñado. Suspender la incredulidad y dejar libre el curso de los fenómenos es menospreciado.


Abandonar la competencia y la eficiencia está penado por las normas frenéticas del mundo de hoy.


Estar tranquilo más que agitado es sospechoso.

Dormir la siesta y no tener reuniones pareciera un ominoso pecado.

Renunciar a un beneficio por evitar la fatiga es aberrante.

Responder “nada” a la mecánica pregunta “¿Qué hacías?” es tabú.


Vislumbré que el mundo se nutre más de mi correrme del medio que de mi intervención permanente.


Ampliar la visión disuelve la separación y el señalamiento de esto o aquello.


Hacer y decir cosas obvias es volverse un personaje excéntrico.

Quien habla mucho termina diciendo tonterías.

Quien calla por demás, artificialmente, quizás le quite a alguien la posibilidad de oír una verdad.

Estando aquí, sabes cuándo sí, cuándo no.

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