La espontaneidad requiere mucho de olvido,
De perder la necesidad de tener razón, y de no conservar bajo la manga ningún sistema.
Actuar con inocencia es un hacer sin segundas intenciones. Dar puntadas sin hilo, pasos en la arena que no dejan huella.
Aprender a pescar sin anzuelo,
El arte del tiro al arco sin flecha.
Encontrar la utilidad en lo inútil,
Y a entregar a lo que disponga el momento presente la guía de una acción auténtica.
Ir soltando amarras a un verdadero no hacer que se adueñe de mi barca ya lanzada a la corriente.
Así la risa,
Así el dios jocundo toma el mando,
Y la seriedad del niño al jugar se hace capitán, porque a fin de cuentas, cualquier ruta que tomemos conduce al mismo puerto.
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