sábado, 26 de marzo de 2022

Pescar sin anzuelo


 


Cuando nada pienso y nada razono es cuando comienzo a comprender.


Cuando nada hago y en nada me ocupo es el momento en que las cosas salen mejor.


Cuando rompo la brújula, hago callar a la gallega y mis pasos son inciertos es cuando más orientado va mi corazón.


Pregunté a Silencio y no me respondió.

Hice la misma consulta a Confusión y me dijo puede ser por aquí pero también por allá.

Planteé la cuestión a Erudición y me tiró con un libro lleno de frases de otras personas elaboradas a su vez por otros.


Un viejo loco que pescaba sin anzuelo en un río seco me invitó a sentarme a su lado.

Ahí, como un destello, contemplé la vía del Cielo y el chiste en el que estamos inmersos.

Desde ese lugar callo estas palabras que digo, garabateo mis confusas certezas y mis inútiles utilidades.


Y me recuesto en mi divina inoperancia, me resguardo en la sagrada ignorancia para ayunar mi hambre de agua y para saciar mi sed de carne sangrante.

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