miércoles, 5 de octubre de 2022

Hundirse en el ocaso

 



En largo y absurdo koan de la vida aprendí que también se resuelve abandonando la búsqueda de significado y la necesidad de explicación.


Entregando el pretensioso y racional Yo en los centímetros cuadrados de un zafu, en una taza del tecito santo o sobre la tosca piedra donde paro el mundo y me siento a contemplar los enigmas del Gran río marrón.


Toda convicción es una cárcel.

Hundirse en el ocaso te acerca a la existencia y a los otros renovado, renacido desde el lugar opuesto al que te rendiste.


Y la alegría es grande.

Y el cordero más gordo es sacrificado para la fiesta de bienvenida,

Y el agua es vino,

Y los cinco panes y los dos pescados que trajo el niño alcanzan para todos.


Hay un punto en el que comprender ya no tiene sentido.

Un enérgico Si debe ser la fuerza rectora.

Acción pal lao del corazón.

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