miércoles, 5 de octubre de 2022

La tarea

 



Hacer la tarea que nos es natural sin expectativa ni especulación.

Sin moral de ahorrista ni de acumulador.


En cualquier momento pueden abrirse las puertas del cielo.... Y volverse a cerrar. Porque un pestañeo es una eternidad. 

La vida humana es un instante, como el pasar de un potro desbocado visto a través del ojo de la cerradura.


Mientras hacíamos cálculos y buscábamos en puntitas de pie estirando el cuello para ver más lejos, o buceando entre los libros la iluminación, el colibrí que estaba frente nuestro para darnos su mensaje se fue,

El sol se ocultó entre las nubes,

La palabra pronunciada se perdió en el viento,

El hijo que quiso abrirse con nosotros nos encontró distraídos y oyó: "ahora no, en un rato me contás",

El amigo llamó a la puerta y nadie le abrió,

El esposo llegó en la mitad de la noche y la lámpara no tenía aceite,

El nazareno nos encontró dormidos o haciendo "lo que había que hacer".


¡No te distraigas!

Realizar la tarea sin apegarse a los frutos de la acción es el tesoro de traer la mente y el espíritu aquí.

Comer y estar comiendo,

Cantar y cantar con el alma,

Dormir y estar durmiendo

Cagar y estar cagando.


Retirarse acabada la obra, sin reclamar mérito e irse silbando bajito es el procedimiento del Cielo.

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