Cuando el pensamiento va y viene en un segundo hasta los confines de las galaxias es porque está agitado por demás.
Si el pensamiento está agitado por demás las palabras son divergentes y las acciones se hacen erráticas.
La vía del cielo y de la naturaleza es no pensar demasiado ni preocuparse. Es hacer sin esfuerzo lo que está en su esencia íntima realizar, y saber cuándo es suficiente.
Todo busca un cauce común de retorno al origen.
Toda sutilización de la energía se vuelve pensamiento. Y casi todos ellos son residuo, fuga y drenaje.
Mejor anclar la mente y el espíritu en una sangre abundante y el pensar en un cuerpo fuerte y saludable, con su energía centrada y circulando correctamente.
¿Quién puede conocer su origen, eliminar la divergencia y en una sola acción llevar a cabo el fruto de mil pensamientos?
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