jueves, 3 de febrero de 2022

¿Qué parte de la flor no carga con la esencia del universo?

 



Ningún antiguo conocimiento utilizado como refugio, ni doctrina, ni moral, ni ritual alguno podrá reemplazar el que tengas que empezar alguna vez a dar paso tras paso en el camino por vos mismo.


Ninguna palabra gastada puede ser liberadora. Dejar ese lastre atrás y abrir la puerta de la jaula de ilusión que nos mantiene cautivos es fundamental.


Morirse a toda manifestación del espíritu que provenga de la boca, y encaminarse a zambullirse en la experiencia personal como principal pedagogía. Ahora mismo, habitando el presente sin olvidar jamás que no existe otro pozo del cual sacar agua fresca y viva que este mismo instante. 


¿Qué microsegundo de este momento no contiene la totalidad de la verdad?

¿Qué parte de la flor no carga con la esencia del universo?

¿Que gota del río no está impregnada con la totalidad de la existencia?


Los libros y enseñanzas son los museos de experiencias ajenas. Hay que tomarlos como el dedo que señala, no confundirlo con lo señalado.


Y es más liviano. ¿De dónde obtener pistas que nos conduzcan a develar el Gran Misterio?

Pues de aquí mismo. De todo lo que nos rodea. Observar. No para desmenuzar y analizar las partes y establecer cada vez más esto y aquello, sino para contemplar y comprender el concierto total y la armonía de la cual la única nota disonante es esa mente que busca desconcertada eso que debería estar y no está. Eso que debería ser uno, y es dos.

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