“La verdadera espiritualidad es
lograr ver las cosas tal como son en realidad. Sin ilusiones, espejismos,
prejuicios ni engaños. Lo que es real. En ese estado de conciencia en el cual
todo es presente, donde se elimina la distancia entre objeto y sujeto, surge de
pronto una felicidad, una dicha, un estado de serenidad, plenitud y paz que no
se halla en ninguna “espiritualidad” religiosa, ni a la sombra de ningún gurú o
maestro que busca súbditos o clientes más que discípulos.”
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