domingo, 5 de abril de 2015

Como una caña de bambú




El bambú es flexible, y no por eso débil.
Reverencia al viento que lo toca y canta junto con él. El bambú se dobla enseñando en silencio que cuanto menos se oponga un ser a la naturaleza de las cosas, más potencia desarrolla para alcanzar su plenitud.

Los que se ejercitan en el manejo de las energías Rei-ki tienden a volverse más fuertes, simples y humildes, “como una caña hueca”, convirtiéndose a sí mismos en instrumentos del universo. Pasan a  intervenir cada vez menos con su ego en el ciclo natural de la vida, dejando que la energía trabaje por sí sola, dirigiéndose a través de ellos a los lugares donde se requiera sanación.


La rectitud sin igual del bambú, la perfección de su proyección hacia el cielo y sus raíces inmersas y expandiéndose en la tierra, así como sus nudos -que simbolizan las distintas etapas del camino hacia la elevación de la conciencia- representan el objetivo de nuestra senda interior, de nuestro viaje de crecimiento y evolución hasta la unión total con el Tao.




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