martes, 9 de agosto de 2022

Afuera y adentro

 Cuando la transformación es profunda, el aspecto exterior prácticamente no cambia. Y todo vuelve a ser lo mismo que alguna vez había dejado de ser: el río, río, el bosque, un bosque, la montaña, es la montaña.

Mas la vida de la persona se ve radicalmente modificada con decisiones y acciones claras.


Cuando la transformación es a medias, cambia la parafernalia exterior y la extravagancia se acentúa. Y ya nada es lo que era, el río ya no es río, el bosque no bosque, la montaña no es más montaña.

Mas la vida de la persona prosigue por los mismos carriles de inercias, huidas y estancamientos, ahora decorados.


Identifcar un defecto y no corregirlo porque no es demasiado grave,

No hacer un pequeño bien porque no es demasiado aporte, ¡Qué gran lástima!


Sentarme en el río a ejercer la divina inoperancia, dejando que el humito del silencio se lleve el ruido y me muestre si todo ha cambiado, o si todo vuelve a ser lo mismo.

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