Por fuera la docilidad, la apertura y la receptividad.
Interiormente alegre, sereno, profundo, capaz de recibir a todos los alocados cauces que bajan de la montaña plenos de agitación y darles sosiego.
Es el verdadero acercamiento.
De lo exaltado hacia la calma,
De lo alegre a la tristeza,
De la banalidad a lo profundo,
De lo complejo a lo simple,
Del ruido al silencio,
Del débil al fuerte,
Del poderoso al olvidado,
Del inocente al pecador,
De la segunda intención a la pureza,
La palabra al oído,
Los que se aman entre sí,
El enfermo al sanador,
La medicina de poder a la ignorancia.
No hay unión sin apertura y receptividad.
No hay encuentro sin ceder.
No hay cercanía sin moverse del propio sitio, exterior o interiormente.
No hay acercamiento dentro del propio cerco.
Sin saltar la muralla no puede darse un solo paso hacia el otro.
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Susurros del I Ching, hex. 19, Lin, el Acercamiento, Dignarse venir, Aproximarse lo Fuerte.
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