martes, 9 de agosto de 2022

Cicatrices doradas

 Cuando actúa es como el agua,

En quietud, un espejo que todo lo refleja.

En silencio es un abismo,

Al responder, un eco lejano.


Sus miedos son las puertas que abre para poder avanzar.


Sus alegrías, remansos que lo olvidan de sí mismo y lo acercan al mundo de los hombres.


Sus penas, cicatrices doradas, kintsugi del corazón.


El viento es su amigo,

La tierra y el campo como una madre buena y castellana,

El río su maestro,

Su asiento, antiguas enseñanzas olvidadas.


Nadie parece reparar en él ni darle demasiada importancia.

Inadvertido, pasa de largo.


Sueña sueños y claves,

Y garabatea dictados en sus cuadernos ocultos.


Luce despreocupado de métodos, sistemas y organización. Parece haber perdido algo importante que sin embargo lleva en la mano sin darse cuenta.


Todo es asombrosamente lo mismo,

Y de alguna extraña manera,

Importa y no importa nada de lo que hace y deshace.


Vanidad, correr tras el viento,

Eso es lo que es el soplo de lo que dura esta breve y fantástica excursión.

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