lunes, 27 de abril de 2015

Cuentos "Taoíslas": Causa y Consecuencia

El río, en su naturaleza y esencia es amable con las costas. Sube y baja suavemente, acariciándolas, depositando sedimentos fértiles y llevándose otros, y así las islas crecen y todos se benefician de su incesante y sereno correr.



El mismo río, empujado por la furia de las lanchas, se vuelve violento e invasivo, y a las costas que en su naturaleza está fertilizar, las desmorona, desgasta y voltea sus árboles.

Originalmente bueno, empujado artificialmente por las lanchas, se hace malo bajo esas circunstancias.



Lo mismo ocurre al hombre que olvida su esencia y se deja arrastrar por las artificiosas circunstancias”, dijo el junquero Esteban Alonso metido en el barro de las playas de los Bajos del Temor a su hijo mayor.

Lo mismo que es bueno en su esencia natural, se hace malo cuando la artificiosidad lo gana.

El tonto se enojará con las olas y disparará su escopeta contra ellas porque horadan su terreno. Lo mismo hará el que intente corregir el mal mirando el síntoma y no la causa de la enfermedad. Cuando el sabio apunta a la Luna, el tonto se quedará mirando el dedo.


Si su tristeza lo abruma m`hijo, no podrá encontrar el alivio construyendo en el exterior. Nada de lo que está fuera es su causa. Su verdad está adentro, tapada de cosas artificiosas.

¡Tome la escoba y barra! ¡Abajo está el piso de preciosa madera!

Luego cargaron los mazos de junco en la canoa, y al atardecer volvieron al rancho.


365 Meditaciones Taoístas. Nº9 : "Optimismo"

Un pensamiento para cada día, del libro "365 Meditaciones Taoístas", de Deng Ming Dao.

Traducción Karin Usach.

IX
Optimismo

Cielo azul clareando,
Una promesa en ramas desnudas.
En invierno, hay días soleados.
Siendo adultos, la niñez puede volver.





En invierno todas las cosas parecen muertas o dormidas. La lluvia y la nieve parecen incesantes, las noches largas. Entonces un día, el cielo aclara a azul brillante. El aire se entibia. Un vaho se levanta de la tierra y el perfume del agua, la arcilla y el musgo se dispersa por el aire. Se ven jardineros preparando nuevos cultivos, aunque sean sólo ramas desnudas y una raíz gris. La gente está optimista: saben que el frío acabará.

Como adultos frecuentemente vemos las responsabilidades como algo atroz. ¿Por qué habríamos de cavar la tierra cuando el clima es desagradable? Vemos las actividades sólo como obligaciones, y tratamos de librarnos de nuestra suerte. Pero hay alegría al trabajar en justa armonía con el momento. Cuando hacemos algo en el momento preciso y después esos esfuerzos rinden frutos, la gratificación es tremenda. 

Había una vez un viejo que comenzó un huerto cuando se jubiló. Todos se rieron de él. ¿Por qué plantar árboles? Le dijeron que nunca viviría para ver una cosecha madura. Impertérrito, los plantó de todos modos, y los ha visto florecer y ha comido sus frutos. Todos necesitamos de ese tipo de optimismo. Esa es la inocencia y la esperanza de la niñez.



domingo, 26 de abril de 2015

365 Meditaciones Taoístas. Nº 8: "Trabajo".

Un pensamiento para cada día, del libro "365 Meditaciones Taoístas", de Deng Ming Dao.

Traducción Karin Usach.

VIII

Trabajo

El leñador
Trabaja en todas las estaciones.
Partir madera es ambos
Acción e inacción.

Incluso cuando está nevando, el leñador debe partir madera. A menos que lo haga, él y su familia pasarán frío, y quienes dependen de él no sobrevivirán. Pero el leñador no trabaja de manera poco sistemática. Trabaja en concierto con las estaciones: trabajó duro para almacenar madera antes de los primeros fríos y así poder darse ahora el lujo de meramente partir leña para encender. Su trabajo parece ligero en una estación, porque fue industrioso en la previa.



Para partir madera, él debe colocar el leño en el bloque y levantar su hacha. Pero debe golpear la madera a favor de la veta, y debe dejar que el hacha caiga con su propio peso. Si tratara de cortar a través de la veta, su esfuerzo sería desperdiciado. Si tratara de agregar fuerza al giro del hacha, no ganaría nada.

Como el leñador, todos nos podemos beneficiar al trabajar acorde a las circunstancias estacionales. Ya sea el momento o el método, el verdadero trabajo es mitad iniciativa y mitad saber cuándo dejar que las cosas sigan su curso.




Frase

"Sigue las huellas del Dao,
Él es el Camino que te conecta con la Naturaleza.
Transítalo aceptando la realidad que es cambio constante,
Toma conciencia de la verdad del presente e intenta ser flexible como el bambú.
Adáptate a las constantes transformaciones y déjate fluir en equilibrio, no pierdas tu centro.

Así podrás transitar sereno hacia la auténtica experiencia de la felicidad".

Leído por ahí.

sábado, 25 de abril de 2015

365 Meditaciones taoístas. Nº 7: "Tolerancia"

Un pensamiento para cada día, del libro "365 Meditaciones Taoístas", de Deng Ming Dao.

Traducción Karin Usach


VII
Tolerancia
El aliento ártico enrosca las montañas,
Haciendo castañetear los huesos del bosque.
Las gotas se aferran de las ramas:
Adornos enjoyados arrojados a la tierra.




Los árboles pierden sus hojas en invierno. Algunos árboles pueden incluso caer durante las tormentas, pero la mayoría resiste pacientemente y aguanta su suerte.

Soportan la lluvia, la nieve, el viento y el frío. Resisten sin preocuparse el adorno de gotas de lluvia como glicerina, trémulos carámbanos de hielo, o coronas de nieve. No les importa cuando tal lustroso esplendor es estrellado contra el suelo. Resisten y esperan, el poder de su crecimiento aparentemente dormido. Pero por dentro, un florecimiento se construye imperceptiblemente.

Suya es la tolerancia de ser fieles a su naturaleza interna. Es con ese poder que resisten tanto las vicisitudes como los adornos de la vida, porque ni la mala fortuna ni la buena suerte alterarán lo que son.

Nosotros deberíamos ser del mismo modo. Puede que tengamos una gran fortuna o mala suerte, pero deberíamos cargar con ambas pacientemente. Sin importar qué suceda, siempre debemos ser fieles a nuestro yo interior.



miércoles, 22 de abril de 2015

La práctica real del Camino del Tao. Por Karma Yeshe Yiatso

Por Karma Yeshe Yiatso

La práctica rigurosa y la aplicación del Taoísmo a nuestra vida cotidiana requiere de la clara comprensión de una serie de principios y actitudes clave.

En primer lugar tenemos que saber lo que es el mismo Tao, como Principio Absoluto que todo lo abarca y todo lo impregna.



El Tao es eterno e infinito, y por tanto, no podemos limitarlo a definiciones o a meras explicaciones humanas.

Al igual que para los cristianos su meta es la unión con Dios, y para los budistas el logro de la Perfecta Iluminación, para el Taoísta el logro supremo del espíritu es la fusión con el Tao, la unificación mística con el Misterio Ultimo, que a veces es llamada “el retorno
a la Fuente”.

Definiremos lo mejor posible el Tao, sabiendo de antemano que ninguna palabra puede reflejar la experiencia interna de nuestra unión armoniosa con él.

Los taoístas amamos el Tao en sus dos vertientes o manifestaciones: la invisible y la visible. Cada fenómeno y cada ser tienen su Tao, su poder inherente y una cualidad sagrada que por lo general, pasa desapercibida a los ojos del profano. Y detrás de lo visible está el Tao silencioso, el Misterio indescifrable, lo que es verdaderamente eterno detrás de los cambios aparentes.

Este Tao invisible no puede vivirse ni realizarse con los estudios o los discursos; sólo puede revelarse al corazón en el silencio de la meditación y en la serena contemplación de la naturaleza pura.

Esta es la práctica real del camino del Tao.

El del Tao es un camino muy sutil, no es algo que se pueda entender con la lógica de los conceptos. La senda del Tao es un camino oculto, es la práctica real de una vida profunda.

Comprender vivencialmente lo que es el Tao, es la primera puerta para entrar en el Camino.



Estar armonizado con el Tao no es más que comprender tu propia vida.

El Tao tiene todas las formas y no tiene ninguna, contiene a todos los objetos por igual, y en su regazo está la esencia latente de todo lo que tiene que venir a la existencia.

Sólo cuando uno está en contacto con el misterioso Tao, que está más allá de toda cosa existente, puede uno comprender cómo vivir su propia vida. Si uno está en armonía con el fluir del Tao, todas nuestras preguntas tendrán sus precisas respuestas cuando llegue el momento.

Y aunque el Tao no puede ser comunicado, aún así se comunica El mismo a su manera.

Cuando llega el momento adecuado, incluso alguien aparentemente ignorante despierta milagrosamente a la verdadera sabiduría.

El placer y la ira, la tristeza y la alegría, las esperanzas y los arrepentimientos, el cambio y la estabilidad, la debilidad y la decisión, la impaciencia y la pereza de nuestras vidas humanas, son todos sonidos de la misma flauta, todos son como setas de la misma
Madre Húmeda. Pero... ¿cómo podemos comprender qué es lo que produce todo esto?

Que actúe un poder como el del Tao, es algo en lo que yo creo con una fe absoluta, pero no puedo ver su forma, pues él actúa, pero no tiene forma ¡Contiene todas las formas! 

El ser humano nace en el Tao, y si la humanidad nacida en el Tao se hunde en la profunda sombra de la quietud, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta de nada, su vida es segura.

Por ello, todo lo que necesita el sabio es perderse en el Tao. Curiosamente, el Tao está en todas las cosas, y su conocimiento está envuelto en espíritu. El Tao se hace Grande e Infinito, abriendo un Gran Corazón para todas las cosas y para todos los seres. El Tao es un refugio para el mundo.

El que capta la verdad, irá como el Tao: sin ser visto, se moverá como la propia vida, sin nombre ni hogar. El que vive el Tao es una persona simple, sin distinciones. Por su apariencia, el sabio es un tonto; sus pasos no dejan huellas, no tiene poder alguno, no logra nada, carece de reputación, y dado que no juzga a nadie, nadie le juzga a él. Así es el hombre perfecto que practica el Tao: está como vacío.

Toda la práctica gira en torno a la vivencia del Tao. Es algo muy parecido a la devoción de un cristiano a Dios, y al respeto reverencial de un budista al Buda. 

Debemos saber y recordar que el Tao es anterior al Cielo y a la Tierra. El Tao inexplicable, lo que no tiene nombre (WU-MING), es el principio de todos los seres.

El Tao permanente y eterno nunca puede ser expresado por palabras, pero el hombre sabio, aún conociendo la cualidad misteriosa y oculta del Tao, se conecta con El, lo ama y lo adivina al contemplar las cosas y los seres.

Más allá de nuestra mente crítica que juzga a unos y a otros, podemos ver al Tao actuando en cada persona que miremos en nuestra vida cotidiana. Realizar el Tao es amar y sentir el Misterio, pero sin apartarse de la vida y de las pequeñas cosas, que son emanaciones de ese mismo Tao.

Practicamos el Camino del Tao cuando aceptamos todos sus ciclos, cuando confiamos en todos sus cambios y al reconocer que a la larga, todo acaba desembocado en el equilibrio universal.

Todo lo que no admitimos o rechazamos en la realidad de nuestra vida, proviene del hombre ordinario, de la personalidad del ego que se deja llevar por los gustos y los disgustos.

Si confiamos en los flujos del Tao, sabremos que incluso en los peores momentos, el Gran Tao nos está guiando, protegiendo y enseñando lecciones necesarias.

Cuando menos lo esperamos, nuestra situación Yin se convierte en Yang, y vuelve a relucir nuestro equilibrio y nuestro buen ánimo. Esto se comprende amando al Tao y a sus ciclos, confiando en sus movimientos.

Para conectarnos con el Tao, podemos meditar con los ojos abiertos contemplando un bello paisaje natural, o podemos practicar técnicas concretas de visualización, como por ejemplo, sentarse con las piernas cruzadas, e imaginar que la energía del Tao entra por
nuestra coronilla al inspirar suavemente el aire, y procurando quedarnos vacíos de pensamientos en la exhalación. Estas sencillas técnicas son modos excelentes de vivenciar el Tao en nuestro espíritu, siempre y cuando las practiquemos con constancia y durante el tiempo suficiente.

Así los antiguos taoístas se recogían en la unión íntima con el Tao realizando profundas meditaciones.

Desde tiempos antiguos, los seguidores del Tao realizaban ayunos, purificaciones y ofrendas para llevar a cabo sus rituales y ceremonias de unión con el Tao, lo que implicaba siempre una armonización entre el macrocosmos y el microcosmos del ser humano.

El Principio Absoluto del Tao se vive, por consiguiente, en la unión del pensamiento, de la emoción y de las actitudes del cuerpo con la totalidad del acontecer universal.








365 Meditaciones Taoístas: Nº 6: "Emerger"

Un pensamiento para cada día, del libro "365 Meditaciones Taoístas", de Deng Ming Dao.
Traducción Karin Usach.

VI
Emerger
Truenos y lluvia por la noche.
El crecimiento viene con conmoción.
La expresión y la duración
Aparecen en el primer momento.


Las cosas no pueden permanecer en calma por siempre. Puede que las tormentas invernales destruyan algunas cosas, pero también preparan el camino para la vida.

Si hay cosas que son arrasadas, es apropiado. Tiene que haber una oportunidad para las nuevas cosas vivas de emerger y comenzar su propio ciclo.

Todo crecimiento viene con una conmoción. Cuando un brote quiebra su envoltura y fuerza su camino hacia la superficie de la tierra, es el clímax de una larga y profunda acumulación de fuerza vital. Podemos pensar que pasó súbitamente, pero en realidad, emergió como producto de ciclos sutiles y ocultos.



Cuando aparece el brote, lleva en sí el patrón completo para su crecimiento, quizás incluso el potencial de un árbol enorme. Aunque sea necesario tiempo y las condiciones correctas, ninguno de estos factores agrega nada a la naturaleza inherente del brote. Él encarna completamente su destino. Por lo tanto, el crecimiento y el carácter de la planta –y su vida misma- están del todo presentes
al momento del emerger. 



martes, 21 de abril de 2015

365 Meditaciones Taoístas. Nº 5: "Sonido"

Un pensamiento para cada día, del libro "365 meditaciones taoístas", de Deng Ming Dao.
Traducción Karin Usach.


Sonido

Viento en la cueva:
Movimiento en la quietud.
Poder en el silencio.

En una cueva, todos los sonidos externos son suavizados por la roca y la tierra, pero esto hace que los sonidos del latir del propio corazón y la respiración sean audibles. De la misma manera, la quietud contemplativa nos aleja del clamor cotidiano pero nos permite oír lo sutil en nuestras propias vidas.

Al escuchar no con el oído sino con el espíritu, se puede percibir el sonido sutil.

Al entrar en ese sonido, entramos en la suprema pureza. Es por eso que tantas religiones tradicionales rezan, cantan o salmodian como preludio al silencio.

Entienden que la repetición y la absorción del sonido los lleva a lo sagrado.

El sonido más profundo es el silencio. Esto puede parecer paradójico sólo si consideramos el silencio como una ausencia de vida y vibración. Pero para un meditador, el silencio es el sonido unificado con todos sus opuestos. Es tanto sonido como ausencia de sonido, y es en esta confluencia que emerge el poder de la
meditación.



viernes, 17 de abril de 2015

La mente como un espejo




"Rechaza la idea de ganar fama. Rechaza la inteligencia que imagina trazas. Rechaza el obrar por determinación arbitraria. Rechaza la primacía del hábil conocimiento. Penetra en lo que no tiene límites y lleva tu mente al estado de quietud, acepta los dones recibidos del Cielo, y no hagas alarde de haberlos ganado tu. Entonces tu mente habrá alcanzado el estado de Luminosa Vacuidad. La mente del hombre perfecto es como un espejo: deja que las cosas vengan y vayan sin acogerlas ni despedirlas, responde a los demás sin esconder nada. De ahí que esté sobre las cosas, sin que de ellas reciba tuerto."


Del Chuang Tzu, libro VII.

365 Meditaciones Taoístas. Nº 4: "Reflejo".

Un pensamiento para cada día, del libro "365 meditaciones taoístas", de Deng Ming Dao.
Traducción Karin Usach.





Reflejo
Luna sobre agua.
Siéntate en soledad.


Si las aguas son plácidas, la luna será reflejada perfectamente. Si nos aquietamos, podemos reflejar perfectamente lo divino. Pero si nos involucramos sólo en las actividades frenéticas en las que participamos cotidianamente, si buscamos imponer nuestros propios esquemas sobre el orden natural, y si nos permitimos estar absortos en opiniones egocéntricas, la superficie de nuestras aguas se volverán turbulentas. Entonces no podemos ser receptivos al Tao.

No hay esfuerzo que podamos hacer para aquietarnos. La verdadera quietud viene naturalmente de momentos de soledad en que dejamos que nuestra mente se asiente.

Tal como el agua busca su propio nivel, la mente gravitará hacia lo sagrado. El agua turbia se volverá clara si se le permite quedarse tranquila, y así también se aclarará la mente si se le permite estar en calma.

Ni el agua ni la luna hacen ningún esfuerzo por lograr un reflejo. De la misma manera, la meditación será natural e inmediata.





jueves, 16 de abril de 2015

365 Meditaciones taoístas: Nº3: "Devoción".

Un pensamiento para cada día, del libro "365 meditaciones taoístas", de Deng Ming Dao.

Traducción Karin Usach





III
Devoción
Enderezar lo torcido,
Hacer fluir lo recto.
Reunir agua, fuego y luz.
Traer el mundo a un solo punto.

Si tenemos devoción, fe total y dedicación a nuestro sendero espiritual, nuestra determinación naturalmente construirá momentum. Se nos presentarán menos y menos obstáculos. Nuestro sendero se vuelve como uno torcido hecho recto. No importa qué
trate de alejarnos de nuestro propósito, no seremos desalentados.

La adecuada devoción no se halla simplemente en seguir de cabeza un curso. También requiere fortaleza. Nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestros espíritus deben estar totalmente concentrados en lo que queremos. Sólo uniendo todos nuestros elementos internos podemos tener devoción plena.

Si vemos nuestro sendero con claridad y nuestra personalidad está completamente unificada, no hay distinción entre el mundo externo y el interno. Ya nada es remoto, nada está no abierto a nosotros.

Por eso se dice que el mundo es como un solo punto: Tan fuerte es la devoción que no hay nada que no sea parte de él.



miércoles, 15 de abril de 2015

Cuentos "Taoíslas": El nombre del arroyo.





¿Qué se nombra cuando se le pone nombre a un arroyo?
Si las aguas que corren nunca son las mismas.
¿A sus costas?
Si el barro es llevado día a día por la corriente, y ella, a su paso deposita nuevos sedimentos traídos de lejanas montañas.
¿A sus bichos?
Ellos migran cada estación, y no hay pez que nade en la misma agua ni pájaro que vuele en el mismo cielo.
¿A sus plantas?
Su corteza muda año a año y sus hojas mueren cada otoño y renacen en cada primavera.
¿A sus hombres?
¿Qué hombre es el mismo de ayer?
El Tao que puede ser nombrado no es el Tao eterno. Lo que tiene nombre es sólo una parte del todo, no es lo perpetuo. Lo nombrable no es más que la manifestación aparente de lo real.

¿Qué se nombra entonces, cuando se pone nombre a un arroyo?





365 Meditaciones Taoístas. Nº2: "Ablución"

Un pensamiento para cada día, del libro "365 Meditaciones Taoístas", de Deng Ming Dao. 
Traducción Karin Usach.




Ablución

Lavarse al amanecer:
Enjuaga los sueños.
Protege los dioses adentro,

Y clarifica el espíritu interior.

La purificación comienza toda práctica. Primero viene la limpieza del cuerpo, –no para negar el cuerpo, sino para que sea refinado. Una vez limpio, puede ayudarnos a sentir lo divino.

Enjuagar los sueños es una forma de decir que debemos disipar no sólo las ilusiones y ansiedades de nuestros momentos durmiendo sino también las de cuando estamos despiertos. Toda vida es un sueño, no porque no esté allí, sino porque todos proyectamos diferentes significados sobre ella. Debemos depurar este hábito.

Mientras limpiamos, naturalmente miramos dentro. Se cree que hay 36.000 dioses y diosas en el cuerpo. Si continuamente ingerimos malas comidas, nos intoxicamos, dejamos que la mugre se acumule en cualquier parte fuera y dentro nuestro, esos dioses nos abandonan disgustados.

Si embargo en última instancia nuestra preocupación debe ir más allá de esas deidades en los templos de nuestros cuerpos, hacia el Uno universal. 

Después de quitar las oscurecedoras capas de suciedad, de problemas corporales y de falsas ilusiones, debemos estar preparados para incluso quitar a los dioses mismos para poder alcanzar el Uno interior.



martes, 14 de abril de 2015

365 Meditaciones Taoístas. Nº1: Comienzo

Un pensamiento para cada día, del libro "365 meditaciones taoístas" de Deng Ming Dao. 
Traducción de Karin Usach.




1 Comienzo
Este es el momento de embarcarse.
Todos los signos auspiciosos están en su lugar.

Al comienzo, todas las cosas son esperanzadoras. Nos preparamos para comenzar de nuevo. Aunque nuestra atención pueda estar en el magnífico viaje que se avecina, todo está contenido en ese primer momento: nuestro optimismo, nuestra fe, nuestra resolución, nuestra inocencia.

Para comenzar, debemos tomar una decisión. Esa decisión es el compromiso con el diario auto cultivo. Debemos hacer una fuerte conexión con nuestro yo interior. Los asuntos externos son superfluos. Solos y desnudos, negociamos todas las tribulaciones de la vida. Por lo tanto, nosotros solos debemos hacer algo de nosotros mismos, transformándonos en instrumentos para experimentar la más profunda esencia espiritual de la vida.

Una vez que tomamos nuestra decisión, todo vendrá a nosotros. Los signos auspiciosos no son una superstición, sino una confirmación. Son una respuesta. Se dice que si uno elige rezarle a una roca con suficiente devoción, incluso esa roca vendrá a la vida. Del mismo modo, una vez que elegimos comprometernos con la práctica espiritual, incluso las montañas y los valles reverberarán al sonido de nuestro propósito.


Serge Latouche: "La gente feliz no suele consumir"

Serge Latouche es un economista francés, y uno de los principales impulsores de la teoría o propuesta económica llamada "Decrecimiento". Aquí una breve nota para conocer este movimiento que impulsa una economía cuyo foco sea el ser humano, su felicidad, y la armonía entre producción de autoabastecimiento y naturaleza.



Propone vivir mejor con menos. Profesor emérito de Economía en la Universidad París-Sud, es una de las voces mundiales del llamado movimiento por el decrecimiento.

Nacido en Vannes (Francia) hace 70 años, ante un público que le escuchaba sentado hasta en los pasillos de acceso al salón de actos del Colegio Mayor Larraona de Pamplona, subrayaba ayer noche que el actual ritmo de crecimiento económico mundial es tan insostenible como el deterioro y la falta de recursos en el planeta.

Invitado por el colectivo Dale Vuelta-Bira Beste Aldera, y bajo el título de su conferencia El decrecimiento, ¿una alternativa al capitalismo , reclamó que la sociedad establezca una autolimitación de su consumo y de la explotación medioambiental. Desde su punto de vista no se trata de plantear una involución sino acoplar la velocidad de gasto de los recursos naturales con su regeneración.

Especialista en relaciones económicas Norte / Sur, premio europeo Amalfi de sociología y ciencias sociales, su movimiento decrecentista, nacido en los años 70 y extendido en Francia, defiende la sobriedad en la vida y la preservación de los recursos naturales antes de su agotamiento. A su juicio, si el decrecimiento no es controlado "el decrecimiento que ya estamos experimentando" será consecuencia del hundimiento de una forma de capitalismo insostenible, y además será desmesurado y traumático.

Una bomba semántica. Afirma Serge Latouche que el término decrecimiento es un eslogan, "una bomba semántica provocada para contrarrestar la intoxicación del llamado desarrollo sostenible", una forma de pensamiento, la sostenibilidad, extendida por el economicismo liberal de los años ochenta, y que propicia pagar por todo, "por ejemplo, en el caso del trigo, obliga a pagar por los excedentes, por su almacenamiento y también hay que pagar por destruir los sobrantes". "Deberíamos hablar de A-crecimiento", dijo como una invitación hacia la reflexión sobre nuestro estilo de vida, incluso sobre la exhibición de los superfluo y el enriquecimiento desmesurado.

Desde su punto de vista "vivimos fagotizados por la economía de la acumulación que conlleva a la frustración y a querer lo que no tenemos y ni necesitamos", lo cual, afirma, conduce a estados de infelicidad. "Hemos detectado un aumento de suicidios en Francia en niños", agregó, para aludir más adelante a la concesión por parte de los bancos de créditos al consumo a personas sin sueldo y patrimonio como sucedió en Estados Unidos en el inicio de la crisis económica mundial. Para el profesor Latouche, "la gente feliz no suele consumir".

Sus números como economista aseguran que le dan la razón: cada año hay más habitantes en el planeta a la vez que disminuyen los recursos, sin olvidar que consumir significa producir residuos y que el impacto ambiental de un español equivale a 2,2 hectáreas, y que cada año se consumen 15 millones de hectáreas de bosque "esenciales para la vida". "Y si vivimos a este ritmo es porque África lo permite", subrayó. Para el profesor Latouche, cual cualquier tipo de escasez, alimentaria o de petróleo, conducirá a la pobreza de la mayoría y al mayor enriquecimiento de las minorías representadas en la grandes compañías petroleras o agroalimentarias.



Trabajar menos y producir de forma inteligente. Tachado por sus detractores de ingenuo, postuló trabajar menos y repartir el empleo, pero trabajar menos para vivir y cultivar más la vida, insistió. Desde un proyecto que calificó como "ecosocialista", además de consumir menos, la sociedad debería consumir mejor, para lo cual propuso producir cerca de donde se vive y de forma ecológica para evitar que por cualquier puesto fronterizo entre España y Francia circulen hasta 4.000 camiones a la semana "con tomates de Andalucía cruzándose con tomates holandeses". Finalizó con una alabanza al estoicismo representado en España por Séneca: "No se obtiene la felicidad si no podemos limitar nuestros deseos y necesidades".







lunes, 13 de abril de 2015

Frase




“Podemos pasar la vida buscando el Zen, o el Tao, a mi dejenmen acá nomás, mateando zentao bajo el sauce.”

(Adaptación de algo leído por ahí.)

Cuentos Taoíslas: Un intento isleño de mostrar el Tao

El muchacho amarró el bote a un sauce de la costa, y los perros del isleño llegaron a chumbarlo. Lo vio podando unas azaleas detrás del rancho, pero el viejo carpintero no le dedicó ni una mirada al visitante.



Dígame don Toledo, ¿qué es el Tao? Dicen que usted lo conoce. El hombre siguió con lo que estaba haciendo, hasta que le dijo: vuelva mañana mozo. Y el joven, respetuosamente, subió nuevamente a su canoa y salió remando por donde había llegado.

Esta escena se repitió durante una semana. El muchacho se acercaba hasta el rancho de Toledo, y lo hallaba a éste haciendo siempre algo impostergable. Pero él estaba firme en su búsqueda, y no abandonaría hasta encontrar la verdad.

Hasta que un día, el visitante logró al menos una respuesta. “Mire joven, dijo el carpintero, es imposible hablar del Tao. Lo que se puede nombrar con palabras, nunca es lo real, siempre es un fragmento, una manifestación externa de la verdad. Pero intentaré al menos darle una leve idea. Para ver el Tao primero hay que Despertarse mozo. Abra los ojos, y mire todo lo que ocurre a su alrededor, allí está. Que las naranjas, mandarinas, pomelos y limoneros den su fruto en invierno, y los ciruelos y duraznos en verano, eso es Tao. Que los sauces y cipreses empiecen a dormirse en marzo para despertarse en agosto, eso es Tao. Que el Dorado venga con el calor y el Pejerrey con el frío, eso es Tao.”



“El niño a los nueve meses busca salir del vientre y cuando está listo el pollito, a su debido tiempo rompe el cascarón del huevo, ni antes, ni después. ¿Por qué todo esto es así? Nadie puede saberlo.”

“Por mucha agua que tire al río, éste no aumenta su caudal, y por muchos baldes que usted saque, nunca disminuye ni una pulgada. Por muy isleño que alguien se diga, no por decirlo se hace isleño, sino que lo isleño se lo da el vivir como se vive en la isla. Nadie que hable demasiado sabe, más vale mirarle las manos. Esto es Tao también.”

“El Tao es algo sin forma, como el limo que viene de las lejanas montañas de los Andes flotando en el río, y que luego se vuelve isla, y en ella, después, habitan los árboles, las plantas, carpinchos, bichos y gente. La vida de un hombre es un chispazo de fuego entre los millones durante una quema de pajonal. ¿De qué le vale su vanidad, su absurdo ego? El pajonal se hace cenizas, las chispas se apagan en un instante, y luego todo vuelve a nacer.”



“Así parece ser el Tao. Por mejor vista que usted tenga no podrá verlo, por más agudo que sea su oído, jamás podrá escucharlo, y ni con el mejor de los discursos logrará describirlo como lo hace el más profundo silencio.”







Anónimo de la iglesia de St. Paul, Baltimore en 1693



Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, 
y recuerda la paz que se puede encontrar en el silencio. 

En cuanto te sea posible, vive en buenos términos con todas las personas, enuncia claramente tu verdad; escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante; ellos también tienen su historia. 

Evita las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el alma, si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros así como de tus planes. 

Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea; ella es un tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos, se cauto en los negocios; pues el mundo está lleno de egoísmos, pero no te cierres a la virtud que hay en el; mucha gente se esfuerza por alcanzar nobles ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Se tú mismo, en especial, no finjas el afecto. 

Tampoco seas cínico en el amor; porque en medio de toda la aridez y los desengaños, es perenne como la hierba. 

Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud. 

Cultiva la fuerza del espíritu para que te proteja en la adversidad repentina. 

Pero no te angusties con fantasmas. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad. 

Junto con una sana disciplina, se benigno contigo mismo. 

Tú eres una criatura del universo, no menos que las plantas y las estrellas; y tienes derecho a existir, y sea que te resulte claro o no, el universo marcha como debiera. 

Por lo tanto, mantente en paz con Dios, cualquiera que sea tu modo de concebirlo y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén la paz con tu alma en la bulliciosa confusión del planeta, que con todas sus farsas y sueños fallidos, sigue siendo hermoso. 

Ten cuidado. 
Y sobre todo 
Esfuérzate por ser feliz



domingo, 12 de abril de 2015

Frases del Sensei Mikao Usui a sus discípulos de Reiki

Con estas Frases, el fundador del Reiki Tradicional instaba a sus discípulos a profundizar el autoconocimiento y el crecimiento espiritual, para ser mejores canales transmisores de la energía universal.



“El arte del Reiki empieza contigo. Trátate primero a ti y crece. Refina tu espíritu y entrena tu cuerpo y tu mente. Sigue el camino hacia dentro y mejora cada día. Estás aquí para alcanzar la iluminación y realizar tu verdadero ser interior. Al alcanzar la plenitud en tu vida, podrás ayudar y sanar a todos los que se te acerquen y a todos los que te rodean”.

“Tu mente, que es un pequeño universo, ha de integrarse y unificarse con la regla natural del Gran Cosmos”

“El Universo entero existe en mi interior, y yo me encuentro en el Universo y soy parte de él”

“La Komyo se halla en mi interior, y a su vez yo me encuentro en la Komyo”
(komyo= luz brillante)

“El arte del Reiki es una forma de meditación que genera luz y calor por sí mismo. Olvídate de ti mismo y de tu pequeño ego; despégate de todas las cosas y objetos, e inmediatamente irradiarás luz y calor por todas partes de tu cuerpo, especialmente de las manos, los ojos y con el aliento. De todas ellas, la luz viene de la sabiduría y el calor de tu amor y compasión. Conócete a ti mismo, y cada día irradiarás un gran brillo, luz y calor”.




“No vayas al templo, ni al santuario de los dioses. Encuentra al verdadero maestro y conoce al Kami en el templo de tu cuerpo. Adorar al Kami en un templo o santuario no es lo que de ti se requiere. Establécete a ti mismo en la iluminación y se un Kami viviente. Todos los maestros deberíamos ser transformados a través del autoconocimiento en Kamis de la compasión y seres luminosos”.

“El camino de la sanación con Reiki es un arte único: deshace el mal antes de que nos alcance. Consiste en vencer al mal espiritualmente, a través de la comprensión y el autoconocimiento. El verdadero camino del sanador es restablecer la Armonía y reconectar con el amor”. (Kami (?) es la palabra en japonés para aquellas entidades que son adoradas en el shintoísmo.)

El progreso en el autoconocimiento y en la sanación con Reiki les llega a aquellos que practican y practican. EL apoyarte solo en las técnicas y símbolos no te llevará muy lejos. Desarrolla cada día tu amor y compasión”.

El arte de la sanación con Reiki puede resumirse así: ¡La verdadera victoria es la victoria sobre uno mismo! ¡Qué ese día llegue con premura! Por necesidad o inspiración, alcanza la victoria. La verdadera victoria implica un gran coraje, humildad, un tremendo esfuerzo y una fuerte voluntad. ¡Haz que ese día llegue pronto! Ese glorioso momento de victoria está en el aquí y ahora”.

“Mientras aplicas la sanación con Reiki, aparta todos los pensamientos perturbadores y limitantes; vuelve una y otra vez al silencio y al verdadero vacío. Conecta con tu aliento vital y permanece en medio del Amor del Gran Vacío. Aquí está el secreto del camino de la sanación”.

“Ha dominado el arte del Reiki y conoce las regiones donde habita el Amor quien se mueve con total libertad en los planos manifiestos e, igualmente en los ocultos y divinos, y se conoce plenamente a sí mismo”.

“El Gran Camino, realmente no es un camino. Al final te habrás olvidado de las técnicas; cuanto más avances, serás más sencillo y habrá menos técnicas y enseñanzas. Al final solo quedará el Ser mismo”.

“Al Ser Divino le gusta la libertad. Al Ser Divino no le gusta estar encerrado en templos y santuarios. Le gusta el exterior. Él está aquí, en este tu cuerpo, y en todas partes. Cada persona es un pequeño universo en sí misma. Un templo viviente; entra en él y conocerás a tu Kami”.

“Con una práctica asidua del arte del Reiki comienza volviéndote uno con lo divino en tu interior. Dirígete desde fuera hacia dentro, siguiendo la luz y el calor de la energía. Vendrá otro tras de mí que hará mejor sanación. Nadie, ni siquiera los más grandes maestros, pudieron comprender toda la verdad. Sus enseñanzas son tan solo una parte del todo. Solo puedes volverte uno con tu ser y sentirlo. Penetra en el Ser y siente el vasto océano de su Amor”.

“El arte del Reiki es la medicina que necesita este mundo enfermo. Por todas partes gobiernan el mal y la desarmonía; mientras las personas han olvidado que todos hemos emanado de una misma fuente divina. El Reiki nos enseña a volver a la Fuente y dejar atrás el egoísmo, los deseos mezquinos, la ira y la confusión. Aquellos a los que nada los posee todo y viven en paz y armonía. Esto es posible gracias al Reiki y a la práctica del Conocimiento Interior”.

“El arte del Reiki funciona sobre la Tierra, en todos los planos que existen en el vasto espacio y en las plantas y seres más diminutos. La fuerza vital universal del Reiki está en todas partes y tiene un poder ilimitado. El arte del Reiki nos permite percibirlo y aplicar esta inmensa reserva de energía vital universal en nosotros y en los demás”.

“En el arte del Reiki nunca dañamos. Cuando pienso en dañar a otro, he perdido el control. Solo eres fuerte de verdad si puedes, en cualquier circunstancia, ver que el otro eres tú también. Con Reiki, siempre le das al otro lo que verdaderamente le falta”.

“No necesitas casa, ni poder, ni dinero, ni posición para practicar el arte del Reiki. El verdadero cielo está dentro de ti, justo en el lugar donde ahora te encuentras, y ese también es el mejor lugar para comenzar a practicar, justo en este momento y lugar”.

“La sabiduría es siempre la sabiduría, no importa cuál sea su fuente. Toda la sabiduría, la dicha y el amor emanan, esencialmente, de las profundidades de nuestro ser, con la práctica asidua del autoconocimiento”.

“No soy feliz por ser un Maestro venerado, querido y respetado por todos. No soy feliz por la fama o bienes adquiridos. Soy feliz porque medito y me regocijo en mi propio ser”.