jueves, 20 de diciembre de 2018

Oración del silencio




Los antiguos taoístas afirmaban que la mente-espíritu (el shen) reside en el corazón. El corazón guarda el espíritu. También sabe la medicina china que la lengua es el "brote del corazón". Lengua inquieta, shen alterado.

Cuando la lengua no está activa a través de la palabra, el corazón se calma, el shen se apacigua, y el espíritu se eleva.

Oración del silencio
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Demorar esa palabra,
Dejar que hable el silencio,
Decirlo todo callando,
Expresarse en el misterio.

Escuchar como habla el río,
Las carcajadas del viento,
Sentencias de la montaña,
Consejos sabios del cerro.

Cuando se aquieta la lengua
Adentro crecen abismos,
Y vienen mil noches calmas
Si sin palabras decimos.

La tierra tiene sus voces,
¡Si yo pudiera callar!
Aprender de los caminos
Que enseñan con el andar.

Abandonar la palabra,
Mejor que hable el silencio,
Un paso vale mil dichos
Lanzados al firmamento.

Jbv

Ser no ser




Oí que al lado del río conversaban el viejo Chocobar y carlitos, hijo del terrateniente, mientras hacían descansar los caballos rumbo a Nogalito. Me vio don Chocobar, me saludó y continuó con el envión de la charla:

 "Utilice el no ser para responder al ser.
Utilice el vacío para recibir la plenitud y el exceso.
Lo blando y flexible domina a lo duro y fuerte.
Sea agua, amigo mío. El agua vence cediendo. Arrasa solo cuando se le han cerrado todos los caminos. Y cuando lo hace, es implacable.

No hay nada que el vacío no pueda tomar en su interior, nada que la calma no pueda sustentar.

El que toma este Camino como su guía, cuando aparece un obstáculo, oposición o resistencia, permanece vacío y abierto, claro y tranquilo, etéreo, misterioso, silencioso como un profundo abismo, y entonces desaparece.

El silencio, hacerse agua es la llave que abre la puerta al mundo del no ser, y a la huella del Camino sin forma al que todo lo que Es se somete."

Carlitos y yo nos miramos. No sé que decía su mirada. La mía... Seguí caminando, ellos cruzaron el río, llenas las alforjas de la voz de la tierra.

Jbv

lunes, 17 de diciembre de 2018

Faltas y sobras




El chancho de al lado grita hasta que le dan comida y a veces también cuando tiene abundante. No se sabe porqué, quizás él tampoco, ni el paisano chanchero.

El dorado nada y salta en el río sin percatarse del agua; ni siquiera piensa en ella, como el hombre no repara el aire que respira mas que cuando le falta. Y entonces sufre y se queja. A veces también sufre y se queja habiendo aire a su alrededor. No se sabe porqué, quizás ni él lo sepa, y así va el "pierna" complicado la vida.

Nos sobra cuando tenemos, nos falta cuando escasea. Otros viven faltos en la abundancia, otros sobrados en la carencia.

¿Por qué esto es así? Nadie lo sabe ni vale la pena averiguarlo.

Más vale simplificar todos los aspectos de la vida y actuar con lo que está ahí, y dejar de lado lo que "debiera ser".

Unir en sí el Cielo y la Tierra, el macho y la hembra e integrar todo aquello que está desparramado abriendo la puerta de todos los misterios. Del no ser surge el ser y todo naturalmente retorna a su origen.

¿Por qué esto es así? Quién sabe, tal vez ni valga la pena averiguarlo.

Jbv

Yampa

Dicen que don Mercedes Yampa nunca salió de entre los cerros de Anca Juli, Anfama y el Siambón.
Que cuando lo pilló la muerte una helada noche allá por el 30, se lo llevó sabedor de las Honduras del corazón humano, de la sonrisa que cura, de las ilusiones del vino y los secretos de las estrellas. Con sólo mirar por la ventana de su rancho entendía los caminos de Dios.

Una mujer de mediana edad, que parece europea, o de cualquier ciudad gringa de América, viaja y recorre el mundo hace años. La sigue implacable su desesperación. Y en una carta no escrita confiesa que aún no ha encontrado el silencio en ninguna parte.

Jbv

jueves, 13 de diciembre de 2018

Somos



Somos biología y células y carne, y temblor y vibración en diferentes frecuencias.

Somos la fuerza de la Tierra y el Cielo en comunión, Newén en permanente flujo y movimiento.

Un rarísimo accidente cósmico y tal vez cómico que de pronto cobra una fugaz y misteriosa conciencia, para luego desaparecer.

No sé qué hubo antes ni qué haya después.
¿Venimos de antiguos eones? ¿Volveremos acaso?

Quién puede afirmarlo... Estamos aquí, y con eso alcanza para no desperdiciar la oportunidad. Nos tiraron por acá con un potencial enorme de comulgar con el resto de esta existencia.

Dijo el sabio cacique Pincén, líder guerrero y espiritual de los indios pampas:

 "Todo tiene su Newén: el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, el trueno, los rayos, el relámpago, la nieve, la lluvia. En la tierra habitan las plantas, ríos, volcanes, cerros, piedras, la medicina, y cada uno de ellos tiene su propio Newén. El ojo de agua, los caballos, todos nuestros recursos naturales lo tienen.
La tarea del hombre de fuerza es comunicarse con los distintos Newén para mantener el equilibrio natural."

Los niveles de esta fusión/comunión que alcancemos será de acuerdo al trabajo interno que cada cada cual esté dispuesto a entregar.

No sé qué hubo antes, ni qué haya después. ¿Quién puede afirmar lo que tanto libro, sacerdote o gurú asegura tan seriamente?

¿Qué cosas pueden pronunciarse? Si lo que se puede expresar con palabras jamás está cerca de la esencia de alguna verdad?

Las certezas solo son que hay que respirar hondo, plenamente, moverse, sostener el equilibrio y ser todo lo que está en nuestra naturaleza ser hasta que este rarísimo accidente cósmico y tal vez  cómico se acabe. ¿Que más da lo que llegue después?

Jbv

lunes, 10 de diciembre de 2018

Desde la sillita i' tiento

Don Chocobar se sienta en una sillita de tientos de cuero en la galería de su rancho de Raco y desde allí contempla el escurridizo acontecer del tiempo.

Sus manos apoyadas en el bastón de vara de guayacán entre las piernas

Nada piensa, nada busca. Vacía su mente. Su impenetrable gesto orientado hacia las cumbres y el Cabra Horco.

Nada hace, nada sueña, nada trama ni imagina.

Sin embargo, a su alrededor todo se hace con la más natural perfección y él para nada interviene. Una pipita de hueso con incayuyo eleva su waira blanco a las nubes, y un vaso de vino sobre la mesa duerme la siesta.

Los lapachos florecen a tiempo, las chanchas paren numerosos lechones, las lluvias llegan con puntualidad, la luna se  llena y se vacía sin interrupción. El río se amansa y se enfurece con natural periodicidad. Los caballos suben y bajan a los pastos.

Don Chocobar asiste desde la galería de su rancho de Raco a la perfecta danza entre el cielo y la tierra. Él es sabedor de lo innecesario de su intervención, y así deja que todo siga su curso.


¿Ver o no ver?



Ver o no ver
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Don Felipe, a sus 95 años, hacía tiempo ya que se había quedado completamente ciego.

A quienes no lo conocían, era preciso aclarárselo pues el hombre, en celosa independencia, salía, pillaba su tordilla, la ensillaba y bajaba por la mañana al almacén a hacer algunas compritas: yerba, tabaco, vinito, un poco de azúcar y algo de conversación.

No hacía falta ayudarlo. Ni pedía ni dejaba. Encendía el horno de leña, fumaba un cigarro -a veces con un poco de "marihuanilla" (leonorus) que abunda cimarrona en el pago-. Hace ya muchos años de esto.

Parecía tener don Felipe una comunión sagrada con el monte, el cerro, el río, de toda una vida de andanzas.
Pero comulgar no es andar por andar nomás.

"Para el que mira sin ver,
La tierra es tierra nomás,
Nada le dicen la pampa,
Ni el arroyo, ni el sauzal."

Dijo un payador perseguido que pasó por Raco en un tiempo.

Don Felipe ERA la tierra misma; "el hombre es tierra que anda" dijo el mismo payador. Su rezo era hacia el interior. Nunca salió de entre esos parajes de Nogalito, Siambón, Raco y Anfama.

Su tierra iba por dentro, como un río subterráneo que solo conoce el rabdomante. A la vera de esa corriente interna estaban sus plantas, bichos, fantasmas, demonios y coplas cerreñas.

Lleno de ciegos a su alrededor, que andan sin ver, que cantan, anhelan, se inquietan y rezan hacia afuera, se fue callando. Se fue yendo al silencioso vórtice que late en el más guardado abismo que tienen los ojos del alma paisana.

Jbv

jueves, 6 de diciembre de 2018

La temperatura del sol



Disputaban Mamani y Herrera sobre la temperatura del sol. El primero decía que el sol estaba caliente, y el segundo que era helado.

Mamani afirmaba haber leído en un libro que la temperatura del astro era gigantesca, y basado en su lectura, ahí se plantaba.

Herrera, por el contrario, decía que es evidente que el sol ha de estar helado.

-"En los bajíos y humedales pantanosos, y cuantimás abajo se va uno la calor es más aplastante. Cuantimás sube uno al cerro, el aire se vuelve helado y nadie despierta vivo si lo agarra la noche en la altura y al sereno. Fíjese bien, cuantimás altito suba, más cerca del sol está, y más frío siente."

Por ahí justo pasaba don Sosa arriando dos vacas y una chancha y decidieron someter a su arbitrio la cuestión ya que era hombre viajado. Luego de pensarlo unos instantes dijo:

-"Allá en el sur, el hombre se mete a la laguna, -que está abajo- y que es fresca, profunda y serena, porque afuera la pampa quema de arriba. Por aquí, el paisano busca frescor subiendo al cerro, porque arriba se serena la calor.

Abajo o arriba, ¿adónde acudir? Si no se acopla a la circunstancia y sube o baja asigún la ocasión, el hombre actúa como si viviera atao y entrampao en lo que dice un libro o un papel, inflexible, lineal. Así, es abrasao por la calor de abajo o de arriba, congelado por el frío de arriba o abajo, sufriendo gran calamidad. Más le vale observar el movimiento del cielo y la tierra, y acudir a dónde llame el momento, ¿que no?"

Sosa saludó, grito "cuchi cuchi" a la chancha que buscaba irse y siguió su camino. Mamani y Herrera armaron un cigarrito en silencio y volvieron lento por el costado de la ruta conversando de los pastos de más arriba.

Jbv

Abrazar el yin y recibir el yang



La naturaleza actúa complementando opuestos. Vacía lo lleno y llena los vacíos.
El que está atento a este proceder y lo imita, no encuentra oposición, y su acción se hace espontánea, simple y fluida.
Pareciera que no hiciera nada, que todo se hiciera por sí mismo.

"Se completará lo incompleto, se enderezará lo torcido, se llenará lo vacío, lo gastado se renueva. Aquel que desea poco se beneficia, el que desea demasiado se extravía.
El sabio abraza el Tao y se constituye en modelo: no se exhibe y sin embargo brilla, no se interesa por sí mismo, y es venerado; no se jacta y recibe reconocimiento. Su mérito consiste en no fanfarronear, vacilar, ni pelear.
Como no compite con nadie, nadie compite con él." (T. T. Ch. Cap. 22)

Así, el que hace silencio es escuchado con suma atención, y son ignoradas las razones del que no deja de parlotear.

El que se aleja es buscado, el que está siempre presente es un plomo.

Cuando busca ansiosamente se pierde, cuando se deja ir, el Camino lo encuentra.

Este es el secreto de abrazar el yin, y recibir el yang.

JBV.
Imagen: símbolos equivalentes al oriental yin yang encontrados en la América pre hispánica.

¿Útil o inútil?



Andaban por la zona de la cumbre el flaco Almeida y Mamani. Conversaban desconcertados sobre algunas paradojas que presenta la existencia en este mundo.

Fíjese que el gallo del mocho Lezama, encontró su fin una madrugada por presumir ser útil. Una mañana, cantando bien juerte lo ha despertao al mocho, y éste se había acostao tarde ha visto? Y quería dormir. Por ser útil, el gallo ha terminao con el pescuezo cortao y adentro e' la olla i' barro.

Mire en cambio al zaino rengo ese de doña Carmen que ya tiene como 37 años. Al no servir pa' ni aca nunca es molestao y se da la buena vida, llena la panza y sin fatiga, mientras que el alazán y la tordilla, día a día sudan y trabajan, no llegan a los doce años y ya se ven toditos reventaos.

¿Útil, inútil, qué es mejor? Ser útil le costó la vida al gallo, ser inútil, al zaino le valió una larga y pacífica existencia. ¡Qué curioso! Exclamó Mamani alzándose de hombros.

A mi hijo Antonio, comentó Almeida, por ser inútil y medio haragán lo corrieron de la cosecha el año pasao. Y a doña María Rosa, por ser su parcela tan famosa por el buen maíz que da y por toda la verdura que saca, esos de la ciudá se la han arrebatao y se ha ido a lo de la hermana.

 En cambio a mí, como andoi en el monte de tierra todita salitrosa nadie me molesta. A Antonito, ser inútil le valió quedarse sin trabajo, a la fértil tierra de la María Rosa, ser objeto de codicia, injusticia y despojo.

¿Útil, inútil, qué es mejor? ¿Quién entiende por qué son así estas cosas? ¡Más vale no averiguarlo que no!

Y alzándose de hombros, los hombres continuaron el camino.

Jbv

"Lo más importante es el Newén"



"Lo más importante es el Newén"
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Cuentan algunos relatos de la frontera que cuando cayó prisionero el bravo cacique Vicente Catrunao Pincén, líder guerrero y espiritual de los Günün ä küna a manos de las tropas del ejército argentino en 1878, el coronel Conrado Villegas, apodado por los mismos indios "el Toro" por su coraje en combate, le preguntó durante un breve diálogo: "¿qué es para usted lo más importante?"

El jefe rebelde respondió imperturbable: "¡lo más importante es la fuerza!"

Villegas se quedó en la superficie de la respuesta, y orgulloso ante su rival vencido, lo confinó a morir de tristeza en la isla Martín García.

 Conversaciones posteriores con un hermano de lucha de Pincén aclararon un poco más al Toro la enigmática respuesta del líder Pampa: "El gran jefe se refería con la palabra 'fuerza' a la Energía, el Newén, la vitalidad poderosa que sostiene a cada uno de nosotros y a todas las cosas. El que forja y cultiva un poderoso Newén vive sano y fuerte. Quien puede ver y conducir el Newén puede curar y salvar a su hermano.

Todo tiene su Newén: el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, el trueno, los rayos, el relámpago, la nieve, la lluvia. En la tierra habitan las plantas, ríos, volcanes, cerros, piedras, la medicina, y cada uno de ellos tiene su propio Newén. El ojo de agua, los caballos, todos nuestros recursos naturales lo tienen.

La tarea del hombre de fuerza es comunicarse con los distintos Newén para mantener el equilibrio natural.

Pincén sabía todo esto y nos lo enseñaba, por eso era un líder sabio y tantos años le ha costado a usted, a pesar de sus armas, vencerlo. Ahora todo ha terminado, pero su Newén es poderoso y no será fácil extinguirlo".


lunes, 3 de diciembre de 2018

Creencias




Creencias
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-¿Y usted en qué cree?, inquirió el alto dignatario de la doctrina oficial.
-Pues la verdad que no lo sé, dijo tímido el acusado, que había sido detenido ayer en los cerros, cazado como un puma cebado.

-Pero siempre he hablado sin ocultarme, por qué no pregunta a quien me haya oído?

-¿Cómo es que no sabe en lo que cree? ¿Me toma el pelo?

-¿Debo responder algo acaso?
Un monje negro lo golpeó de atrás. -¡Más te vale salvaje!

-¿Por qué me pega?, ¿acaso he dicho algo malo?

Se hizo un silencio en la mazmorra de piedra. Algo parecido a una sonrisa apareció en su cara serena y una gran calma lo poseyó.

-¿Oye eso?, dijo el cautivo. Lo escucho desde aquí. Es el sonido del aletear de las mariposas.

¿Oye eso? Es la respiración de las plantas.
¿Oye eso Su Santidad? Es el arrastrarse de las nubes por el cielo. Puedo escucharlo desde aquí.

El canto del viento se queda en el cañaveral.
El humo del incayuyo susurra un silencio secreto.
La mirada del jaguar dice más que el coro de pájaros que viene de la tupida selva.

¿Qué es ese rumor que murmura el río mientras salta entre piedras?
Porqué cuando callo hay lugar para una cósmica danza en la que todo, Todo participa?

¿En qué creo? No sé cómo se llama eso.
Me envuelve una naturaleza que está viva y que late.

Tal vez crea en los caminos que diseñan juntos el cielo y la tierra, y en que todo sigue un orden perfecto, en el que deberíamos interferir lo menos posible.

A veces le rezo al viento,
Me estremezco ante la idea de los misterios que ocultará la espesura del monte,
Callo solemnemente ante el río que corre. No sé qué sea eso que creo.

Me siento fuego el espíritu,
Cóndor la imaginación,
Piedra mi silencio, no sé que sea eso que creo.

Siento que hay hilos sutiles que nos unen al árbol,
A los movimientos de los astros,
Que el cerro me escucha,
Que el yuyo comulga conmigo cuando me cura.

Que algo me dicen los bichos, el perro, el caballo, el gato en honda meditación.
Algo será eso que creo. No se cómo se llama.

Eso creo, eso vivo. Eso moriré si es necesario, Su Santidad.

Texto y dibujo: Jbv

Quietud y movimiento



Quietud y movimiento

La vida y la salud son permanente flujo y transformación. Igual que la inteligencia.

La enfermedad y la muerte, estancamiento y detención. Igual que la ignorancia, el fanatismo y la brutalidad.

La máxima vitalidad es renovación constante y circulación sin estorbos.
La máxima muerte es la paralización total. El no-cambio absoluto.

La fluidez es renovación, oxigenación y alta frecuencia vibracional.

El estancamiento es el germen de la putrefacción y baja frecuencia vibracional.

En el vacío pueden ocurrir transformaciones y circulación. Por lo tanto es bueno hacer vacío.

En lo lleno nada puede suceder, todo está allí saturado y estanco.

Lo útil de la jarra es su vacío. Lo que hace habitable una casa es su espacio interior.

Por eso se ha dicho: "en una casa estrecha sus habitantes pelean. En una jaula chica, cuando los pollos se hacen grandes se matan entre sí para hacer espacio. En una mente pequeña las  ideas se confunden entre sí".

Por eso use el vacío para llenarlo, y una vez saturado vuélvalo a vaciar.

Mientras haya circulación y fluidez -de sangre, líquidos corporales, Qi, ideas emociones- hay vida y salud posible.

Lo blando y flexible es sinónimo de vida.
Lo duro y rígido es muerte segura.

Por eso se ha dicho: mudanza en lo externo, quietud en lo interno.

Jbv

Invisible





Invisible. Insulso. Sombra en la sombra. Ordinario.

Silencioso pasa. Callado trabaja.

Por dentro lleva un universo de sabiduría y de estrellas, por fuera es un árbol seco.

Inadvertido, anda sin dejar huella.
Viste burdo ropaje, y lleva un tesoro en el corazón.

Sin brillar.
Sin distinguirse.
Sin un peinado especial.
Sin una barba particular.
Sin una vestimenta espiritual.
Sin más rezo ni ceremonial que su serena respiración, su pericia en el hacer, y una sonrisa tranquila.

Puede cruzarlo en cualquier esquina del mundo ordinario, realizando múltiples mundanales tareas.

No lo verá. No llamará su atención.

El sabio permanece en secreto hasta que la ocasión de darse a conocer a alguien en particular lo convoque. En la intimidad de una vida común. Hasta que el anonimato lo destierre, y pasar de largo después.

Jbv

El tonto de la colina






 tonto de la colina

¿Cuál es la frontera entre el bien y el mal?
¿Adónde empieza lo alto y termina lo bajo?
¿En qué momento lo que decíamos "caliente" se vuelve " frío?
¿Qué es lo que llamamos Orden y qué es Desorden?

Hay alguien que desde la cima de una colina ve los dos extremos del Camino, y pierde así la ilusión de los opuestos. Ya no se enreda en los desvíos. Como el cóndor, su visión le permite ver que lo que parecían ser senderos divergentes, conducían nomás al mismo destino.

Hay otro que se arrastra, que solo ve metro a metro, paso a paso. Hay unos cuantos de ellos. Cualquier curva lo llena de inquietud y le hace perder la perspectiva y la calma. Vive atormentado y movedizo, tener que decidir derecha o izquierda le roba el humor.

Éste se mueve de aquí para allá, eléctrico, buscador, y a los ojos de todos es un gran hacedor que opta entre esto y aquello, y disfruta de esa imagen que se tiene de él. Opinar y decidir es un gran pasatiempo que le otorga notoriedad.

El otro parece un tonto, embobado y sedentario que nada hace, en aparente oscuridad, no atrae a nadie y más de uno se ríe de él. No se esfuerza en decidir nada, sólo se sienta y contempla el Camino.

Uno está perdido en el bosque y debe elegir entre aparentes opuestos.
El otro ya ha recorrido el camino, se ha perdido en él más de una vez, y sabe que todo es aparente contradicción.

El tonto de la colina ve el mundo girar, y por ello sonríe como un idiota mientras los otros se ríen de él.

Jbv

Balance, fuego y rebelión




Balance, fuego y rebelión.
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"¿Cómo ha de actuar un taoísta frente a la injusticia social?", pregunté al maestro Deng Ming Dao.

"Los taoístas creemos en el balance", dijo, "por eso, a veces es necesario intervenir enérgicamente para corregir un desbalance."

El camino de la naturaleza es el del permanente equilibrio. El de los hombres y las sociedades, el del desequilibrio constante.

La primera intención del agua es fluir, rodear, buscar los caminos de menor resistencia, llenar oquedades. Pero arrasará el obstáculo si se entorpece su andar.

Los pueblos son como el agua. No quieren problemas, pero arrasarán con fuego lo que trabe su natural desenvolvimiento.

El sabio hace todo sin actuar, dejando que las cosas sigan su curso natural, equilibrándose mutuamente los cinco elementos.

No tiene preferencias ni aversiones. Lo torcido se endereza, lo alto con lo bajo se nivela, el después sucede al antes.

Del fuego surge la tierra.
De la tierra el metal mineral.
Del mineral brotan las aguas.
El agua nutre al árbol.
La madera alimenta al fuego.

El fuego funde el metal.
El metal corta la madera.
El árbol consume la tierra.
La tierra da su curso a las aguas.
El agua extingue el fuego.

En el mundo del hombre, a veces las cosas se llevan a un grado de desequilibrio intolerable.

Luego recordé el capítulo 29 del Tao Te King: "El santo sólo interviene interviene para cortar demasías, para podar lo exuberante".

Cuando la tensión en la atmósfera llega a un punto de desequilibrio insostenible, se desata la tormenta con toda su furia, hasta que el equilibrio se restablece.

Dice el I Ching: " La revolución. En tu propio día encontrarás fe. Elevado éxito. Se desvanece el arrepentimiento". "Los tiempos cambian, y con ellos las exigencias. Así cambian las estaciones en el curso del año. Así también en el año cósmico hay primaveras y otoños en los pueblos y naciones, que requieren transformaciones sociales."

Así se suceden las revoluciones, como tormentas que se desatan para restablecer equilibrio y armonía, pero jamás un nuevo y más hondo desbalance oportunista y egoísta.

En el lago hay fuego: la imagen de la revolución. Así ordenan los hombres nobles los tiempos y clarifican las épocas.

Jbv

martes, 25 de septiembre de 2018

El Fuego y el diente de león



El fuego, lo mas cálido, luminoso y brillante que existe en la Tierra, necesita siempre, para manifestar su poder, estar adherido a algo, depende siempre del contacto con algo exterior a si mismo.
Cuando la parte orgánica, corrompida, perecedera del humilde diente de león ha sido consumida, purificada hasta su esencialidad, el soberbio fuego y toda su claridad y poder desaparecen. No son nada.
El Tao, sin los "diez mil seres", no podría ser percibido.
Zaratustra se burló también del sol: " ¡Tú gran astro! Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!"
El Libro de los Cambios lo sentencia:
La sabiduría, la espiritualidad, sólo se manifiestan en la interacción con el mundo. No es tan sólo un adorno del que hacen gala algunas personas en soberbia y majestuosa distancia. Se ve allí, en el barro de las situaciones ordinarias, y en el roce con los demás.
Tu luz no brilla por sí misma, el fuego no arde por sí sólo. Mira a los costados. Allí está el combustible que te hará arder, y atravesar el portal.
Porque el fuego es la flor. Si resistes la tentación de tomarla y la esperas, tras su descomposición encontrarás el fruto, y en el fruto la semilla.


miércoles, 1 de agosto de 2018

Yin se asoma en la sombra de Yang




Cuando Yang llega a su extremo, se transforma en su opuesto Yin. Es ley de fierro. Así todo en esta existencia.
El sabio está familiarizado con esta regla fatal y a ella se conforma, con la única preocupación de saber cuándo es bastante y suficiente.
La sociedad occidental capitalista es lineal, a lo macho, con una desenfrenada tendencia Yang. Acumulación, aumento, crecimiento, velocidad, ruido, producción, confort, bienestar, alegría, satisfacción instantánea y permanente, entretenimiento.
En la ceguera del rumbo hacia el abismo, Yin se asoma implacable buscando el resquicio por dónde aparecer.
Buscando satisfacción, el ser humano jamás estuvo más insatisfecho.
Llevando la bandera de la Razón y la Ciencia, nunca hubo una era sostenida por el mayor pensamiento mágico: que en un planeta de recursos finitos, limitados, puede crecerse y desarrollarse infinitamente sobre la extracción ilimitada de materias primas, su uso y deshecho sin freno.
En el camino del confort y el bienestar, jamás hubo tanta enfermedad, cuerpos débiles, y tantos problemas psicológicos y espirituales.
En la era de los derechos humanos, los tratados de paz y los discursos de buenas intenciones, jamás tanta guerra, tanta discriminación, tanta explotación y esclavitud disimulada, y violencia de todo tipo.
Nunca tanta soledad y aislamiento como en la era de las comunicaciones.
Nunca menos tiempo libre y tanta sobre ocupación como en los tiempos de la tecnología omnipresente que venía a liberarnos del trabajo excesivo para traernos las delicias del ocio.
Dice el Libro de las Mutaciones: "Toma una parte de Yin y otra de Yang, y llama a eso el Camino que sostiene la vida y la naturaleza de todas las cosas".
No lo vemos. Sólo el que contempla los fenómenos se atiene a la ley y sabe decir "ya es suficiente". El lado oscuro de las fuerzas que hemos puesto en marcha se asoma por todas partes, sobre todo adentro.

Accion de las simples cosas



Enfermedad= (del latín) Infirmitas= Falta de firmeza.
Pequeñeces generales:
-Caminar TODOS los días al menos 30 minutos a paso firme, respirando profundamente. Si es isleño puede remar. Lo que no circula se estanca, se pudre y muere.
-No coma nada industrializado que venga en paquete o adentro de una lata, ni nada que nuestros abuelos no pudieran reconocer como alimento. Cuanto más integral mejor.
-Tome el agua natural/fresca en verano, templada o calentita el resto del año.
En Invierno:
Coma lo que la tierra le ofrezca en esta estación en el lugar en que viva.
Casi absolutamente nada crudo ni frío. Cocine y coma caliente.
Acuestesé temprano y levántese tarde con el sol.
Camine a la siesta.
Tome Cola de Caballo.
Primavera:
Coma lo que la tierra le ofrezca durante esta estación en el lugar donde viva.
Equilibre incorporando de a poco cada vez más crudo y fresco a medida que avanza la estación.
Duérmase no muy tarde y levántese temprano.
Camine a media mañana cuando el sol ya calienta.
Tome diente de león o carqueja.
Verano:
Coma lo que la tierra le dé en esta estación allí donde viva.
Duermasé no muy tarde y levántese bien temprano antes del sol.
Casi absolutamente nada de cocido ni muy caliente. Mucha fruta y ensaladas.
Transpire.
Coma un diente de ajo crudo por día en ayunas a la mañana.
Camine bien temprano o bien tarde.
Otoño:
Coma lo que la tierra produzca durante la estación allí donde viva.
Acuéstese temprano y levántese con el gallo.
Equilibre incorporando cada vez más cocido y caliente a medida que avanza la estación.
Tome buena cantidad de ambay.
Camine a media mañana o a la siesta.
Dice un libro muy antiguo: "los sabios prevendrán la enfermedad más que curarla, mantendrán el orden más que corregir el desorden, lo cual es el más alto principio de sabiduría. Curar un enfermedad con medicinas o corregir un desorden es como ponerse a cavar un pozo cuando ya se tiene sed, o empezar a forjar las armas cuando ya la guerra ha estallado, y es demasiado tarde para que sirva de mucha ayuda".

El arte

El ser humano tiene sentido de supradimensionalidad, posee una fuerza espiritual que pugna por trascender este plano de aquí (kay pacha).
Mis dioses paganos me han convencido de que el animal también lo tiene, y vive conectado directamente, sin interferencias, con esos otros planos y dimensiones (úray y hanan Pacha). Los"bichos" viven en ellas totalmente, de forma íntegra. Son plenamente lo que está en su naturaleza ser.
La diferencia entre estas dos existencias - la humana y la del resto de los animales-, es que una "anhela" vivir en los tres reinos de pacha, y la otra los habita con total naturalidad, y los transita de uno a otro con total fluidez.
Y por esa desesperación existe el arte. El arte es lo que deja en evidencia que el humanoide bípedo que somos vive de una tremenda y fatal ansia trascendental, que tiene profundísimas intuiciones multidimensionales que lo llevan a expresarlo artísticamente como lo "no dado". El arte es atisbo y percepción de mundos que no vemos, de estados espirituales no rastreros.
La música, la copla, el lienzo pintado, el texto, la cerámica, son trampas que hacemos para sentirnos un poco en el cielo.
El animal no necesita del arte. Vive en esos planos de un modo dado, total. Han trascendido la necesidad de cultura, moral, reglas y órdenes. La naturaleza los guía y no tienen más amo que ella.
El animal no está fragmentado, tironeado por diferentes estadíos y dimensiones. Es, completamente.
Y el arte es para seres fragmentados, partidos, que buscan la integración, que se saben rotos, expulsados del paraíso, que han comido del árbol del bien y del mal. El arte acerca un poco al hombre a las rejas del jardín del Edén, del cual, sin saber que lo tiene adentro, cree que vive separado.
Y a más hondura, más belleza, más conmoción artística produce, más profunda es la rotura de ese espíritu que anhela.

El puma



Con el mínimo de energía empleada, lograr el máximo y el mejor resultado.
Acción impecable.
"Wu wei". Es el súmmum de esta idea. Ya ni siquiera acciona uno, sino que es todo el universo quien lo hace. Espere. Contemple. No tenga un fin determinado. De el golpe en la oportunidad.
Es una copla bien resuelta. Un acorde que hace temblar. Una gota de silencio justo a tiempo. Un trazo que lo dice todo sobre el lienzo. Un gesto imperceptible en el escenario. Una sola aguja puesta en el punto acupuntural adecuado. Una palabra certera dicha a tiempo.
Contemplación, comprensión, paciencia, vacío, acecho.
"El puma espera en la sierra,
Que su víctima se canse.
Su espíritu aguarda en trance
Que pasen todos los tiempos,
Y en un zarpazo violento,
Con salvaje resolución
Destroza toda ilusión
En un preciso momento."
Cultivo de la energía y su correcta gestión conducen a la impecable acción.
Entrenarse para con el mínimo de recursos, obtener el óptimo resultado.
Si espera el Ideal perfecto para hacer, lo posible mejor jamás se presentará.

El ojo



Si no estuviéramos tan anestesiados de superficialidad, si no viviésemos como drogados frente a la perfección, orden y regularidad de la Naturaleza; si de pronto "despertásemos" o "abriéramos los ojos", quedaríamos totalmente pasmados.
Si de pronto cobrásemos conciencia de esta enormidad seguramente enloqueceríamos ante un atardecer, frente a la perfección y simetría de una telaraña tejida por un pequeñísimo insecto, al contemplar la increíble disposición fractal de los pétalos de una flor, al sumergirnos en los asombrosos paisajes que viven dentro del ojo de un caballo, o al notar la precisión matemática de un eclipse o una marea.
La ceguera ante ese espectáculo prodigioso nos protege de la locura, de sabernos menos que un átomo en la descomunal y silenciosa obra del universo.
Veríamos el absurdo y lo ridículo de todo dios creado, de todos los dogmas, de todo templo, de cualquier ideología, iglesia y refugio mental... y de Ese dedito levantado.
El abismo está ahí. El completo y portentoso teatro. ¿Ver o no ver?, lo ínfimo y absolutamente milagroso de que estemos finalmente, luego de miles de millones de cósmicos azares, aquí, vivos.

Corriendo el guanaco



En épocas antiguas el hombre no comía todos los días. La comida no estaba al alcance de la mano. Había que cazarla, recolectarla. Y había sequías, glaciaciones, inundaciones, que arrebataban y dificultaban aún mas la obtención del bocado.
Así se pasaba sin comer por días, viviendo y obteniendo energía solamente de la grasa corporal, que precisamente era la forma en que esa perfección llamada cuerpo tenía de afrontar esos ayunos forzosos.
Hoy, nuestra máquina funciona bajo los mismos principios. Acumula y acumula grasas de reserva para períodos de escasez que nunca llegan, pues existe una sobrealimentación continua.
Comemos demasiado y demasiado a menudo (sin entrar a analizar la calidad de lo que comemos).
Este exceso, sumado al sedentarismo -puesto que ya no andamos corriendo guanacos o boleando ñandúes por las llanuras- ha devenido en la epidemia de sobrepeso que padece la humanidad occidental (y todo grupo humano que adopta esa forma de vivir), asociada a todo tipo de trastornos de salud: cardíacos, diabetes, hipertensión, cáncer, depresión, ansiedad, etc.
A esto se suma que todos esos problemas, son tratados con fármacos como si fueran asuntos aislados y desconectados entre sí, cuando en realidad la cuestión de raíz es de alimentación y de hábitos.
Coma menos, camine más, respire bien y viva el doble.

Ser natural



Todo aquel que es natural, ni siquiera se da cuenta de que lo es.
Todos aquellos que somos complejos y retorcidos, debemos hacer un esfuerzo si es que buscamos ser naturales. Eso nos vuelve aún mas complejos y artificiosos y todo se va echando a perder más y más.
Más vale entonces olvidarse del asunto, como los peces se olvidan naturalmente del agua que los rodea, y nadan a gusto de aquí para allá sin tanto pensar en su medio.
Toda práctica, toda reflexión sobre el ser naturales y auténticos nos vuelve artificiosos y aparatosos. Pero cuando la práctica se ha hecho suficiente, la simpleza y naturalidad surgen suaves como una amistosa comunión entre la tierra y el cielo.
Así es la paradoja de lo simple y lo complejo. Y más vale entonces olvidarnos del asunto.
Dejó dicho Bruce Lee entre patadas y gritos: "El nivel más alto de la práctica lleva a la simplicidad.
Una práctica a medio camino lleva a lo ornamental."

miércoles, 6 de junio de 2018

El murmullo de los yuyos




Las hierbas medicinales, los humildes yuyitos, no se andan con discursos ni espectaculares demostraciones de poder. Actúan sin prédicas ni sermones. En lo hondo, en lo secreto.

De vida serena y callada, en total quietud y misterio, cada cual ofrece su Virtud a quien sinceramente busque sanar y oír su murmullo. Su mensajito va dejando adentro la semilla de la transformación, de la profunda curación que sólo regala a aquel que esté dispuesto a enfrentar el ciclópeo esfuerzo de asumir la propia responsabilidad de sanar.

Cada planta es lo que está en su naturaleza ser, no otra cosa. No hay artificio, adorno ni afectación en el yuyo. Su éxito está en dejar que la "Pekne Tao" (Madre Tierra, orden cósmico en lengua huarpe) lleve a su consumación plena la información ancestral que viaja dentro de la semilla, y que encontró terreno propicio para ser.

En silencio, sin discursos, cada cual tiene su particular medicina para dar al que esté abierto a recibirla.

Lleva en sí la energía del sol, de las lunas y la tierra; va por dentro esa fuerza sutil que se despliega y se expande, y se fusiona con el Qi de quien busca su medicina.

Se ha dicho: "Cuando alguien toma una hierba, el espíritu de ésta entra en esa persona y dialogan. Muy callada, muy sutilmente. Esa comunión entre dos espíritus es lo que produce la curación".

Centro y periferia. Lo esencial y lo accesorio.



El estómago es el centro, lo esencial, lo importante para nutrir el organismo y el resto de la vida. Cultiva y concentra energía para su correcta gestión y economía posterior. En el estómago se produce la saciedad, el saber cuándo es suficiente, la vida interior, secreta, oculta y silenciosa.
Los ojos son la vía a lo accesorio, el adorno, el contacto con lo externo, con el objeto de los sentidos. Con las luces y brillos del mundo.
Por los ojos se fuga la fuerza vital, el Newén; brotan la ira y la insatisfacción permanente. Los ojos no conocen el hartazgo y les cuesta saber cuándo ya está bien.
El ojo es la periferia, no hay cultivo ni concentración energética. Hay un drenaje permanente del Qi cuando el ojo manda. Por las imágenes nacidas de los ojos viaja el pensamiento hacia el futuro y al pasado, hacia los confines del mundo y del universo. Lo inútil, la erudición vacía.
"Sin salir de tu casa se puede conocer el mundo. Sin mirar por la ventana puedes ver los caminos del cielo". (Ttch 47)
"En procura del conocimiento, cada día se adquiere más. En procura del Camino, cada día se pierde más." (ttch48)
Sentarse tranquilo sin hacer nada. Llevar el aire al ombligo. Cerrar los ojos. Todo lo necesario será revelado allí, en ese íntimo recinto, sin salir por la puerta ni mirar por la ventana.
Volver al centro. Cultivar la fuerza. Dejar la periferia. Es una de las prácticas esenciales del Camino.

Rituales sagrados




El ritual no se usa para modificar la realidad, sino para modificarnos a nosotros frente a esa realidad. 
Sacralizar eso que está ahí, fundiéndonos y participando en comunión. Así el hombre de la tierra es uno con el pájaro, la piedra, el río o la planta medicinal.

Pongamos por caso, una danza ritual para hacer llover. El indígena no es idiota. Sabe que ese acto por sí solo no produce lluvia ni resuelve la seca. Y por eso estudiaron y pusieron manos a la obra para crear uno de los sistemas de manejo del agua más exitosos que haya conocido la humanidad.

Pero el indio no dejó el ritual. Así se logra el equilibrio. La realidad y el entorno es modificado para que armonice con sus necesidades naturales, y el ritual enraíza su vida en la existencia otorgando un sentido sagrado y profundo a esa Madre Tierra.

Ese sentido de tierra sagrada es lo que permite modificar sin destruir ni contaminar. Cualquier animal o planta modifica o toma de su entorno lo necesario para subsistir, pero su honda comunión con el medio lo lleva al equilibrio, a no dejar huella. Nada más que eso es "sustentable". Lo demás es maquillaje verde empresarial y chamuyo.

Sin ese sentido de lo sagrado en comunión, asistimos a los horrores actuales del extractivismo minero, agrario, inmobiliario, a la contaminación sin remedio de ríos, bosques, montañas.

Dijo Yupanqui: "Para el que mira sin ver
La tierra es tierra, nomás.
Nada le dice la pampa,
Ni el arroyo, ni el sauzal."

La única comunión de occidente pareciera ser con el consumo y el dinero. Lo único sustentable son las ganancias de los que promueven esta mierda.

Se modifica la realidad a nuestra conveniencia caprichosa sin la menor aprensión por destruir, matar, contaminar el organismo vivo y sagrado del cual somos una célula más. Si, este sistema es el cáncer de la tierra.

Sacralizar, darle un sentido integral y cósmico a nuestra existencia, a nuestras acciones, una comunión de honda pertenencia con la tierra.
Hacer nuestros pequeños rituales propios. El ritual, el sentido de lo sagrado no modifica la realidad, nos modifica profundamente a nosotros.

"Lo demás se os dará por añadidura".


Imagen: modificación y destrucción de humedales en la cuenca del río Luján.

Hacerse hueco



Kun, Lo Receptivo, la Tierra.

Hacerse hueco, caña, canal. Vacío humilde por donde el Poder de Lo Creativo pueda hacer pie y actuar.

La disposición receptiva de la tierra para ser sembrada es lo que permite a la Fuerza llevar a su consumación final a todo lo que deba ser en la naturaleza.

Todo aquel que practica alguna disciplina, arte, práctica energética, sabe que debe adoptar la actitud de apertura de la tierra de volverse canal, sementera, vehículo humilde para que el poder de la Fuerza, Tao, Pacha, Lo Creativo se manifieste.

En cuanto uno quiere manipular entorpece, traba, tapona, arruina el trabajo.

El segundo signo del I Ching, Kun, la Tierra, lo Receptivo, muestra gráficamente esta idea que guía la vida de la persona sabia que se acomoda a todo acontecer con receptiva y flexible actitud.

Así, actúa sin premeditación, respondiendo a las reales necesidades del momento.

Vive en el mundo real, no en un castillo de ideas preconcebidas de cómo las cosas deberían ser, que por lo general están reñidas con lo que ocurre en el espacio tiempo concreto y presente, drenando en la lucha toda nuestra fuerza vital.




Hay básicamente dos grandes modos de estar en el mundo:
El que vive en un mundo que es así, y cuya energía está orientada a fluir de la manera más eficiente posible con eso que ocurre.

El otro, en el que hay un mundo que está así, y en el que existe además un ideal mental de cómo debería ser. La energía está orientada a que el mundo y el ideal mental se parezcan cada vez más hasta igualarse.

Como dice la segunda línea del hexagrama, sentencia que luego el taoísmo hizo suya para siempre: "Sin propósito, y sin embargo nada queda sin fomentar".

La disposición de ser canal, vehículo, herramienta, sin ningún propósito egoísta es la que nos transforma en instrumento de esa fuerza cósmica creadora. Todo se lleva a cabo sin nuestra intervención voluntariosa. La tarea de la persona sabia es mantener limpio el canal, quitar obstáculos, correrse del medio.

Al mantenernos abiertos percibimos la respuesta apropiada para cada cosa que se nos presenta, volviéndonos así totalmente espontáneos, libres, en sintonía con el acontecer natural.

Siendo canal, inmersos en al no-acción preconcebida y artificiosa, adornada, nuestras acciones se vuelven armoniosas con la forma en que trabaja la naturaleza, completamente natural y de acuerdo al contexto de las circunstancias.

Oigo decir: " Ver la puerta que se esconde en cada oportunidad". Podemos convertirnos a nosotros mismos en ese portal oculto para que lo que está dispuesto que pase en cada oportunidad, ocurra finalmente a través de nuestra disposición abierta y receptiva.

Muy razonablemente



Hace tiempo ya que he abdicado de la razonabilidad urbana occidental.
A mis treinta y diez ya no me interesa para nada ser un ciudadano criterioso y razonable, buen esgrimista de silogismos, de respuestas brillantes o poseedor de las claves certeras para resolver los problemas del mundo por derecha o izquierda.
Navego hace años por los brumosos mares del Así Es La Cosa. Habito un mundo paradójico, incomprensible, lleno de sorpresas desconcertantes, oscuridades, brillos, cavernas, llanuras, desiertos y bosques en los que uno se desorienta por completo.
No estoy seguro de absolutamente nada. En mi mundo hay más magia que ciencia y más poesía que sesudos ensayos.
Prefiero el pasto al cemento y una pareja de chanchos overos y un petiso bayo son mejores vecinos para mí que los licenciados de un 4° B, que el exitoso empresario de la calle Las Acacias o el profesor de Todología que vive próximo a la avenida.
El así es del mundo circundante me seduce mucho más que pensar en cómo debería ser la cosa.
Habito cada vez más cómodo el misterioso universo de lo innombrable, y soy forastero en la patria de los objetos y las buenas razones.
Disculpe usted.

Los Beatles y el taoísmo



Bien conocida es la fascinación de los Beatles por la India y cómo ésta influyó en su música.

Mucho menos notoria es la atracción por el taoísmo, ese rumor que viene de china confundido en el viento.

La canción "The fool on the hill" es la imagen del sabio que se desprende del Tao Te Ching en el capítulo 20. Este dice así:

"Todo el mundo anda gozando como en los grandes festivales, o como cuando se contemplan paisajes primaverales desde lo alto de una terraza. Sólo yo parezco no saber quién soy ni qué hacer, abobado, inexpresivo, como un niño recién nacido que aún no ha aprendido a sonreír, ni adónde dirigirme.

Todos viven en abundancia, yo estoy como olvidado. Mi corazón, como el de un estúpido está caótico. Todos lucen su brillo y su inteligencia, yo parezco opaco y adormecido, derivo como las olas, sin dirección, como un viento que nunca cesa. Todos andan ricos, sólo yo me obstino en parecer un harapiento. Pero yo soy diferente, a mi me alimenta el Tao."

La canción dice así:

"El tonto de la colina
---
Día tras día, solo en la colina,
El hombre de la tonta mueca
Se sienta perfectamente quieto.
Nadie quiere conocerlo,
Ellos ven que es sólo un tonto.
Él jamás da una respuesta.
El tonto de la colina
Ve al sol caer,
Y los ojos en su cabeza
Ven al mundo girando.
Su mente en las nubes,
El hombre de la mueca idiota
Está hablando perfectamente alto,
Pero nadie quiere oírlo,
Ven que es sólo un tonto
Que jamás da una respuesta.
El tonto de la colina
Ve al sol caer,
Y los ojos en su cabeza
ven al mundo girando."

La letra de la canción "The inner light", (la luz interior), no es más que el capítulo 47 del tao te ching, sin ninguna modificación. Sólo le agregaron la grandiosa música:

" Sin salir por tu puerta puedes conocer el mundo.
Sin mirar por la ventana se ven los caminos del cielo.
Cuanto más lejos hayas ido,
menos habrás aprendido.
El sabio conoce sin haber dado un paso,
Ve sin mirar,
Hace sin actuar."

"Let it be" (déjalo ser, deja que ocurra), es una de la tantas maneras de traducir el fundamental concepto taoísta del Wu Wei.

Las influencias de oriente en los Beatles son más estridentes con respecto a la India: el Maharishi, las ropas, el citar de George. Las huellas de Lao Tse en ellos son imperceptibles, como el Tao mismo.


Memoria ancestral




Me cuentan ayer de un niño. Su raza era india, no sabemos de qué pueblo ni región. Tal vez el suelo de sus abuelos fue guaraní, q'om, mataco, wichí.

Había sido adoptado con mucho amor por una familia tigrense de origen gringo, un apellido alemán u holandés quizás.

A los seis o siete años, una salida de pesca con el padre a las orillas del río Luján. Otros niños pescaban también. Un día sin pique que frustró a todos los chicos menos al gurí que no paraba de sacar un bagrecito tras otro. Algún sabalito además.

Todos se sorprendían y se preguntaban cómo era posible. Padres y niños empezaron a preguntar cada vez con más insistencia y curiosidad.

El gurí estaba realmente aturdido por las preguntas. Visiblemente incómodo ante lo que era obvio, respondió: "pero cómo, ¿ustedes no los llaman a los peces?"

Caminata respirada, o respiración caminada



Caminar al aire libre al menos 30 minutos por día todos los días es la mejor actividad física que se puede realizar. Andar enérgicamente, respirando profundamente. Inhalando en seis y exhalando en ocho. Depende la capacidad pulmonar de cada uno. Puede ser 4/6, 6/8, 8/10, etc. 

Lo importante es entender que la exhalaciónes más larga que la inhalación. Es tan importante la respiración, que yo llamo a esto, más que "caminar respirando", " respirar caminando". La concentración en el ritmo respiratorio convierte esta actividad en una verdadera meditación en movimiento.

Algunos de los beneficios de la "caminata respirada" o "respiración caminada".

-Limpia profundamente los pulmones.
-hace circular y fluir el Qi por todos los meridianos energéticos.
-moviliza sangre y líquidos.
-nutre los tendones.
-fortalece las piernas, huesos, espalda.
-drena el estancamiento de Qi hepático.
-fortalece notablemente el corazón, reduce el colesterol y baja la presión arterial.
-regulariza el sistema excretor.
-Elimina el exceso de peso y regula el metabolismo.
-alivia las tensiones, suaviza el estrés y ordena las ideas.
-es gratis.
-no hace falta ninguna vestimenta especial ni concurrir a un lugar en particular.
-se puede acomodar a cualquier horario del día.
-le hace ver que si no dispone de treinta minutos para usted en 24 horas está haciendo algo muy mal.
-no hay excusa para no hacerlo.

El proceso alquímico de transmutación de las hierbas medicinales

Se cumple una profunda trinidad esotérica:

El Ser (la planta)
El vehículo (alcohol, agua)
Fuego (energía)

Todo ser, para su transformación y ascensión hacia algo superior (ser algo capaz de trascender se a sí mismo y volverse curativo, sanador, iluminador) debe transitar un camino, salirse del propio estado (vehículo) y atravesar la prueba del fuego (los cuarenta días en el desierto), y la energización que se produce cuando se ha vencido la prueba (las tentaciones del demonio), y se accede a un nivel superior de conciencia y poder.

El resultado es el Ser inicial transmutado en algo que se ha despojado de todo lo accesorio, bajo y perecedero y ha conservado lo esencial, puro, con un nivel vibratorio capaz de trascenderse a sí mismo, e irradiar a otros su poder curativo, luz, hondo mensaje.
Este es el camino que atraviesa la hierba, el silencioso e insignificante yuyo transmutado en tintura espagírica. Esta es la mística de la planta, y el por qué estos seres vegetales son capaces de curar y sanar a niveles profundísimos.

Que esta misma transmutación alquímica ocurra en nosotros es nuestra responsabilidad, si estamos dispuestos a atravesar el desierto de los tres escalones y volvernos capaces de irradiar el mensaje callado y ser remedio para otros.

Ser remedio, morir al estado actual (muerte y resurrección), e ir hacia adentro y hacia el otro.
Dejar el ser original oscuro y reptil para que nuestra esencia transmutada ilumine, cure.

Este es el hondo camino del yuyo, del sanador, del verdadero artista inmortal.






Al invertir la imagen puede verse el rostro y pico del águila, símbolo de la Elevación y la Visión.

Medicina criolla

El conjunto de prácticas conocidas popularmente como "medicina criolla" se encuentra en plena vigencia y está hondamente arraigado en los usos cotidianos del pueblo.

Pueden encontrarse "curanderos", "señoras o señores que curan" en muchísimos pueblos de todo el país, en zonas rurales y los grandes conurbanos.

Estas medicinas pueden rastrearse además en infinidad de obras del cancionero criollo, en relatos literarios y manifestaciones artísticas de todo tipo.

Es una práctica que incorpora elementos europeos paganos, católicos e indígenas americanos. Se diferencia bien de las medicinas tradicionales puramente aborígenes, contando con herramientas prácticas y mágicas, como el uso de las tradicionales ventosas, masajes, uso de hierbas, y por otro lado rezos, "curas de palabra", y manejo de las energías sutiles a través de imposición de manos, sahumos, etcétera.

La persona que ejerce estas medicinas lo aprende por tradición oral, o por "revelación", por medio de sueños, de haber sobrevivido una grave enfermedad o accidente, o por algún tipo de conexión suprasensorial con fuerzas de la naturaleza, Dios, u otro tipo de canalización.

Lejos de ir despareciendo, esta medicina criolla convive con la medicina moderna de manera totalmente natural en las poblaciones rurales, en las que la atención estatal es deficiente o directamente no existe, siendo muchas veces la primera instancia de salud.

La medicina criolla tradicional es parte fundamental del acervo folclórico del pueblo argentino y latinoamericano, y conocerla y cuidarla es fortalecer nuestra identidad y nuestra cultura.

"El uso del yuyo es tan folclórico como una chacarera o una zamba".


Imagen: Doña Pastora "la sabia de la montaña", mujer medicina de El Siambón, provincia de Tucumán.