jueves, 21 de abril de 2022

Apócrifos: El desierto

 



El Desierto


Paso a paso,

En las ásperas arenas del Desierto, los cuarenta días y las cuarenta noches se hacen largas, ardientes las jornadas y frías las veladas.


Soledad, sufrimiento espiritual y físico, silencio y purificación.


Nadie se salva de este tránsito una vez que se ha cruzado el río de la iniciación.


Si la fuerza que emana del Gran Misterio nos asiste, si conservamos esa seguridad en algún recóndito lugar de nuestro ser, toda esa senda, toda esa piedra arisca puede ser atravesada hasta el destino final.


¡No te demores ni distraigas en el desierto!


El Tentador está al acecho, y sus trampas predilectas son la búsqueda de seguridad, de comodidad, el saciar los impulsos más primarios, adorar y engrandecer la importancia personal y alimentar la codicia.


Ceder al miedo que provoca la altura de lo sublime es la trampa final. Pues quien ha atravesado el agua no tiene vuelta atrás. O muere en el desierto, o lo atraviesa tarde o temprano.


Más vale entonces ni salir si existen dudas.


Lo que sigue es un sendero de actos concretos con personas concretas y en situaciones concretas. Allí se ve la fuerza espiritual de una persona. No en su ropa, ni en la tradición exótica que profesa, ni en su imagen ni en el volumen suavecito de su voz.


Quien ha atravesado el desierto es reconocible por sus frutos, como los silenciosos árboles, que no cantan por sí, sino por el Viento que los mueve.


La confianza en que la fuerza de Lo Creativo nos asiste, que el poder del Gran Misterio nos sostiene y guía es el hecho más liberador. Ya no existe nada que decidir, nada en qué cavilar ni nada que deba ser realizado a base de voluntad y esfuerzo. Todo es disuelto en la totalidad, todo es entregado a aquel que es Previo a Todas las cosas.


Al otro lado del Desierto está la aldea y el abrazo con los hombres y sus días cotidianos. No hay nada especial ni que te distinga. Pero la singularidad es una nota invisible que nadie puede dejar de notar. 


Para quien goza de esa Gracia, para quien es conducido por esa fe, por esa Potencia, todo es siempre fresco, novedoso, risueño, sin solemnidades, más allá del bien y del mal que dictaminan los hombres. 


Profunda y conmovedoramente humano.

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