martes, 26 de abril de 2022

Ir a lo que pide el momento

 



Hay una dulce y eficaz armonía para la cual estamos llamados a jugar a favor.


De aquí que a veces actuar, muchísimas veces no actuar sea lo requerido. Es el gran arte secreto de los magos harapientos y errantes que guardan esa piedra preciosa en su regazo.


Parecen desorientados y holgazanes, pero tienen el tiempo del mundo en sus manos para hacer malabares.


Permitir al flujo natural de las cosas seguir su curso sin interferir desde nuestras pobres y limitadas ideas de cómo son y deberían ser los fenómenos con los que tratamos.


Ir a lo que pide el momento. Comer y beber despreocupadamente los días que nos sean dados bajo el sol sabiendo que el Gran Misterio siempre nos acoge.

Silenciarse e ir al recuerdo de si para luego olvidarse.


Saber cuándo intervenir para cortar demasías,

Conocer el punto justo en el que ya es suficiente,

Entender que toda exageración es contraria al camino.


Y que casi todo, casi todo, no es más que vanidad y correr tras el viento.

.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario