jueves, 21 de abril de 2022

Susurros del I Ching, Viento sobre Fuego a Viento sobre el Cielo.

 



Mediante la práctica del aquietamiento surgen del silencio vislumbres de aquella verdad interior que habita el corazón de cada persona.


En los tiempos de mayor confusión el modo de conducirse del noble es adherirse internamente a su verdad, y exteriormente moverse con suavidad y blandura.


Esa actitud produce una gran penetración en su entorno y en todo lo que aquél propicia y fomenta.


Quien actúa siendo suave, persistente, y cuyas acciones provienen de una firme adherencia a su claridad interior, no hay puerta que no se le abra ni oído que no acoja su palabra.


Nadie conoce adónde se dirige el viento, pero su andar está sostenido por el combustible del ser siempre fiel a su esencia y a su sentir.


La llama de la  luz interior del hombre claro es mantenida por nunca separarse de la humilde y oscura leña seca de sus pequeñeces, bajezas, tropiezos y equivocaciones.


Esa claridad va volviéndose una fuerza poderosa, creadora, indetenible.


Su acción en el mundo es invisible como la brisa, mas no existe nubarrón que no sea barrido, cosa que no sea tocada, movida y penetrada por su influjo.

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Susurros del I Ching, Viento sobre Fuego a Viento sobre el Cielo.

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