viernes, 22 de abril de 2022

La broma de Dios

 



Mis desvelos nocturnos en las lunas llenas,

Todas las incertidumbres en los bolsillos y las fantasías debajo del sombrero.


¡Qué propicio es tener a dónde ir! 

La viga maestra del techo a punto de romperse por la preponderancia de lo grande.

Un álamo viejo que retoña,

Una compañera en el largo y sinuoso camino y dos hijos en los que me hago inmortal.


Abandonando toda práctica y especulación,

Destruir la frontera entre lo sagrado y lo profano,

Y olvidarse de sí mismo para tomar un poco del agua clara del río en el que los peregrinos detienen su infructuosa búsqueda.


Para encontrar el tesoro hay que saber que Dios, a modo de broma, lo esconde frente a nuestras narices y que lo disfraza entre los pliegues de lo habitual y cotidiano.

.

.

.


No hay comentarios:

Publicar un comentario