viernes, 22 de abril de 2022

Susurros del I Ching, hex. 30, Li, Lo Adherente, El Fuego

 



Cuando Lo Creativo acoge a Lo Receptivo en su seno el mundo se realiza y cobra un brillo especial.


Cuando la conciencia pura asume su humana condición la vida en este plano material se lleva a cabo de manera que su fulgor parece provenir de otros cielos y se manifiesta hasta lejanas comarcas.


“Dedicarse al cuidado de la vaca trae ventura”.


El manso de Dios, en su encarnado paso por este barrio, dedicó mucho de su poder a sanar cuerpos, pues sabía que estos son el recipiente y combustible de la luz.


El fuego, para arder e iluminar, no puede ni por un instante separarse de la humilde leña seca o del oscuro aceite.

Por más elevado que crea ser un espíritu, no puede ni por un segundo perder completamente su adherencia al cuerpo.


Y cuidar y velar Por ese cuerpo es lo que mantendrá viva la llama de ese espíritu hasta que aquél se consuma natural y pacíficamente como el kerosene de una lámpara.


Lo grande tiene a lo pequeño como elemento básico.

Lo elevado se asienta en lo bajo.

La bella flor depende de su invisible unión con la oculta raíz.

Toda luz vive por su intimidad con algo oscuro y perecedero. Quien olvida esta regla se apaga.

Quien se separa de la humildad extingue su llama.


Quien no se dedica con perseverancia al cuidado de lo pequeño, ve que las cosas grandes se le alejan porque pierden su sustento.


La conciencia luminosa surge de momentos de silencio, introspección y de enfrentarse a la oscuridad.

Tu fulgor en el mundo depende de tu adherencia a lo opaco, ordinario y biodegradable.

.

.

.

Susurros del I Ching, hex. 30, Li, Lo Adherente, El Fuego, Estar unido, A la par, El poder de la conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario