sábado, 2 de abril de 2022

Apócrifos: la multiplicación de los panes

 



De los miles de yoes hambrientos que habitan el interior, el único que posee los dones, el alimento que puede crecer y multiplicarse, es el niño.


“¡Aquí hay un niño que tiene cinco panes y dos pescados!”


“Hacedlos sentar”, dijo el Yo superior.


Y todos los yoes, tras el aquietamiento, luego de acallarse y no ir en los pensamientos más allá de la situación, pudieron ser saciados por el verdadero esencial.


Y el yo verdadero, aunado al niño, dejan pasar,  Dejan que todo el gentío interno quede silenciado bajo su unidad.


Y al fin, lejos de tomar posesión del reino, se retira solo, a la montaña interior, a la vista de los que aún permanecen sentados.

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