martes, 25 de enero de 2022

Carga tu cruz

 “Hasta que no hagas consciente lo que llevas en tu inconsciente, este último dirigirá tu vida y tú lo llamarás destino.”, sentenció el sabio suizo Jung.


No hay redención -convertir la oscuridad en luz, el dolor en amor- sin mirar al abismo y descender a ver qué onda.


El "Reino de los Cielos" es el logro del sí-mismo, la integración de la psiquis en su totalidad. Consciente e inconsciente. No hay camino al Gran Mediodía sin sombra si primero no reconoces las oscuridades del crepúsculo.


Cristo, símbolo de la plena integración, no dice “tira esa cruz y camina tranquilo libre de turbulencias hacia la luz. Dice “toma TU cruz y camina conmigo”.


No existe entrada al reino de la consciencia sin cargar con la propia cruz. Por eso la puerta es estrecha y pocos son los que pasarán a través de ella.


Dice el esclarecido místico Tomás Kempis: “¿Porqué temes tomar la cruz por la cual se va al reino?


En la cruz está la salud, la vida, la defensa de los enemigos.

En la cruz está la infusión de la suavidad soberana, la fortaleza y apertura del corazón. El gozo del espíritu, la suma virtud.


No está la salud del alma, ni la esperanza de la Vida sino en la cruz.


Toma pues, TU cruz y camina junto a Jesús. Todo está en morir en TU cruz y empezar a vivir.”


Ningún camino sin cruz, sin inmersión en la oscuridad es verdadero. Si te prometen mieles, escapa y no pierdas el tiempo. Tu sombra en forma de destino te encontrará siempre.


Sigue Kempis: “La cruz te espera en todo lugar: si la llevas, ella te llevará, si la rechazas, se tornará más pesada. 

Así que la cruz siempre está presente y te espera en cualquier lugar. No puedes huir, dondequiera que fueres, porque por más que huyas, te llevas a ti contigo, y siempre te hallarás a ti mismo. 

Si desechas una cruz, sin duda hallarás otra.”

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