Regar pacientemente el jardín interior,
Zona por zona, hidratando las partes secas y podando la exhuberancia.
Extasiarse con el olor a tierra mojada.
Colgar la hamaca entre dos árboles y
Cultivar los frutos de la eterna curiosidad.
Luego esperar las flores,
Y dejarlas cumplir su ciclo,
Sentándose en divina inacción a contemplar los colibríes,
Las lagartijas,
Los gatos furtivos,
A uno mismo contemplando toda esa magia.
Sin manipulación
Si categorización
Sin expectativas.
Invitar a ese sacro recinto a las personas amadas,
Todo lo que ocurre en ese espacio secreto es una parte de Dios que está de visita.
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