domingo, 16 de enero de 2022

Trajes viejos

 



Con ese vestido viejo no puedes ver al que está vivo ahí adentro.

Con disimulo y ocultamiento no existe encuentro posible.


Con la mecanicidad en la acción, en la charla, en la reacción, se huye de exponer al verdadero yo.


Sin espontaneidad se es contrario al Camino más antiguo por el que transita lo único verdadero: el momento presente.


Deponiendo la vergüenza y el temor, pisoteando los vestidos, podrás ver al que está auténticamente vivo debajo de todos lo velos. Esa porción que vive en nosotros de aquel que es anterior a todas las cosas y que está adentro, afuera, arriba, abajo, y en todas las direcciones.


Como esos niños pequeños que no saben que van desnudos, y gozan simplemente de la libertad, del Camino, la verdad y la vida.

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Mi querido Jorgito Peimer, el ser más despojado y auténtico que he conocido. Ojalá pronto pueda verte amigo y maestro.

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