jueves, 27 de enero de 2022

Nada de más, nada de menos

 



La observación salvaje me revela que todo está haciendo lo que tiene que hacer.

Cada aspecto de la totalidad está en un perfecto equilibrio y  en el logro de una impecabilidad energética.


Entre la quietud y la acción nada disipa la fuerza.

No hay distracción, no hay despilfarro.

Nada de más, nada de menos.


Solo los hombres y su insoportable ansia sufren la permanente fuga que los conduce siempre hacia otra parte y hacia caminos inconducentes.


Incapaces de concebir la mengua y el crecimiento, el vacío y la plenitud, se les escapa el básico curso del Cielo.


La perfección y coherencia de todo lo que me rodea mientras permanezco quieto me manifiesta que aquello que podemos vislumbrar en un estado atento son los diversos disfraces que usa Dios para deambular por el mundo.

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