domingo, 16 de enero de 2022

No te busques más en ese desierto

 Apartarse del mundo en pos de sagradas tareas no tiene nada que ver con entrar por la puerta estrecha que conduce a la Vida.


Porque la vida humana se da a luz entre los otros. El prójimo completa mi trabajo interior con su sola presencia y sin él no puedo volverme como el niño indispensable para ingresar al reino.


La puerta de la orgullosa distancia es amplia y cómoda.

La puerta del vínculo cotidiano es angosta y difícil de abrir.


Los recreos de soledad y silencio son necesarios para que maduren muchos asuntos. Pero sin el retorno al bullicio de la feria, ¿Cómo podríamos poner en práctica lo hallado en el corazón?


Un abrazo es más cálido que una plegaria por la paz en el mundo.

Un oído atento al amigo es más santo que cualquier oración por la humanidad.


No te busques más en ese desierto. Las vanas ilusiones de espiritualidad abstracta no tienen nada que ver con el amor en acción, que a fin de cuentas, es la única realidad que subyace a cualquier búsqueda, a cualquier mensaje cifrado que pretendas encontrar entre la infinidad de hojas impresas a lo largo de las eras o entre lejanos paisajes exteriores.

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