sábado, 29 de enero de 2022

Los que saben

 



Abandonar toda búsqueda de Comprender me ha dado más regalos al corazón que los cúmulos de papel que he leído.


Un humilde santito de los cerros me liberó el alma más que cualquier predicador de verdades.


Embriagarse con el presente y destruir la máquina del tiempo.


Observar salvajemente lo que se manifiesta alrededor sin interferir con la mente especulativa, como un tigre que acecha, como un cavernario que contempla en el horizonte la bola de fuego que amanece. 


Aguardar tercamente pero sin ninguna ansiedad, hasta que la verdad se rinde como una ciudad sitiada ante el ejército que pacientemente la rodea.


Amo la sabiduría del samaritano que sabe Ver al otro más que la del erudito que conoce los secretos de la creación pero pasa de largo mirando el cielo.


Amo más la sabiduría del que piensa bien a los demás que la del que es capaz de mencionar puntillosamente los misterios de Dios.


Saber beber en comunión,

Compartir un silencio,

Abrazar al que sufre,

Alegrarse con el que celebra,

Acompañar al hijo aún sin poder comprenderlo,

Y lanzarse a viajar al arduo castillo de los padres hasta alcanzar la redención.

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