Mantenerse respetando la propia singularidad en los tiempos de oposición.
Sin importar qué fuerzas están en disputa evitar toda rudeza y comportarse como un lago, manteniendo esa serena alegría que es capaz de acoger a todos los cauces que fluyen hacia él sin discriminación.
No corras detrás de nadie, ni pretendas convencer a nadie de nada. Todo se acomoda en lo auténtico siempre.
Los tiempos de antagonismo separan la paja del trigo, ubican a cada cual en su lugar. Impedir que las tensiones apaguen el fuego, dirigirse siempre a la verdad interior aún cuando todo parece imposible.
Cuando todo es incierto y confuso, dentro de cada uno existe un espacio donde conservar el propio poder.
Adherirse con humilde servicialidad a lo perecedero y combustible del tiempo presente y a las cosas pequeñas. No importa cuánto haya que ceder en lo externo, así es como el agua vence siempre.
.
.
.
Susurros del I Ching, hex 38, El Antagonismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario