jueves, 20 de enero de 2022

Chasqui mercurial

 


Acomodado en la hamaca paraguaya, a la orilla de mis observaciones y absorciones,

Me dispongo a sumergirme en las páginas de algún antiguo texto como mera excusa para que mi pobre antena se active y comience a hilvanar palabras.


Mi mate ceremonial asume el símbolo del vacío y la plenitud, ese mecanismo con el cual el universo crea destruyendo y destruye creando. Y así me conformo en el más alto grado a la norma Celeste y a mi rol de simple chasqui mercurial.


Cumplo así con un ritual ignorado y presuntamente inútil, pero que como una botella lanzada al mar, tal vez del otro lado del mundo algún pescador la recoja. 


Y nos veamos en sueños, en resonancias podamos conversar sin palabras y en músicas inaudibles comulgar.


Las agitaciones seguirán consumiendo las ansias del hombre, pero quizás en algún lugar de este tren lanzado al abismo, una pequeña resistencia de este apóstol de la inacción y la inutilidad contribuya a equilibrar un poco el desatino.

.

.

.


No hay comentarios:

Publicar un comentario