viernes, 21 de enero de 2022

Susurros del I Ching, hex. 53, Chien, La Evolución

 



Acogerse a lo femenino es el modo de trascender y avanzar gradualmente, y la manera en que se producen las influencias duraderas en los demás.


Toda evolución ocurre femeninamente, paulatinamente, acogiéndose a los cambios, y direccionando sin forzar jamás.


Se trata de una hondísma quietud interior y una suave y penetrante actitud en lo exterior. Sin rudeza, sin asperezas.


Lo tosco es suavizado dulcemente, como la roca por la blandura inagotable del agua.


Cultivando el Yin siempre puede haber lugar para más.

Cultivando el Yang siempre algo será quitado.


Nada precipitado conduce a la evolución, ningún atropello influye positivamente en los demás.


El agitador produce hartazgo y rechazo.

Quien poco aparece es buscado y escuchado con atención.


El influjo que termina arraigando en los otros es aquél que es hijo de la suavidad exterior, consecuencia de la inconmovible quietud interior.


Cultivar el Yin te va colocando en el camino de conformarte en el más alto grado a la norma Celeste.


Ninguno de los diez mil seres que pululan en la tierra puede evolucionar sin la fuerza y conducción de Lo Creativo. Todo aquello que tenga la posibilidad de evolucionar será colocándose dócilmente bajo la guía del Cielo.


Cultivar el Yin es acogerse al principio femenino, que se abre, que es blando, que se adapta, que se coloca a disposición, que nutre, que no se antepone, que es capaz de ceder, que suavemente moldea, rodea, que direcciona sin forzar, que influye desde la ausencia, la blandura y la flexibilidad.


El vehículo de lo gradual es el tiempo. 


Todo lo duradero en esta tierra, todo lo que imprime su sello en otros se abre paso desde el Yin, y el Cielo lo lleva en andas hacia la plenitud, al total despliegue de lo que está en su naturaleza ser.

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Susurros del I Ching, hex. 53, Chien, La Evolución, La Infiltración, Avanzar gradualmente.

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