jueves, 29 de diciembre de 2022

Abrirse


 


Gente que es un misterio, que se abre y se cierra como flor de cactus de noche y de día.


Son abismos, a los que uno se asoma descuidando su frontera.

Llegan, se alejan, vuelven, se retiran.

Lanzarse a ellos, o dejarlos entrar, una empresa peligrosa.


Aceptar todo, no exigir nunca, no engancharse con nada. Verlos irse, y simplemente partir. Dejar pasar y agradecer la enseñanza.


El camino marca los pasos.

Percibir la energía de las personas, su dirección y su intensidad. Olvidar las palabras, una burda red para el que es capaz de Ver.

Y amarlos mucho, ¿quién sabe que terrores los abruman, qué dolor los amenaza desde el recuerdo, de qué peligros buscan protegerse en su inexpugnable atalaya?

.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario