“Somos criaturas del viento,
Y salvaje es el viento.
Y sin pensamiento abandoné un día el sitio donde el tótem de los conceptos era un calabozo que me imponían los tiempos.
Los inorgánicos dieron su paso, y me marché a la playa donde el océano dialoga con la tierra.
Pero el viento es una presencia que atraviesa todo límite.
¡Suelta la ilusión! Dijo ese viento salvaje.
Lánzate a la bestial corriente en la que late la vida y Lilah juega su juego mortal.
Sin ideas del yo ni imagen de sí,
Sin retención de nada, dejar rodar.
Soy una criatura del viento,
Y salvaje es el viento.
Descarté todo lo que pude el personaje teatral,
La impostura tiene un límite que conduce al callejón.
La importancia personal lleva pies de arena y garras de león.
La noche era espectral y perfecta.
Quise lanzarme a la bestial corriente y ahogarme,
Mientras corrían alrededor mío lobos blancos por la costa, saltando árboles espinudos y cactus brujos.
Me vi hundirme entre los remolinos en una playa del Sur, hasta que la magia se fue sellando en mi corazón.
Y salvaje es el viento,
Y bestial la corriente,
Y portentoso el Poder de la hembra negra que alimenta matando y sostiene a los seres abriendo la puerta de todos los misterios.
Para morir
Y renacer,
Y ser el mismo viento,
Y la bestial corriente
Donde se juega el juego del olvido y la presencia,
Del Eterno y del lamento del que no percibe más que su escaso tiempo y finitud.”
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Fragmentos de una novela jamás escrita
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