jueves, 29 de diciembre de 2022

Eludiendo las palabras

 La verdadera fuerza de la vida elude las palabras,

Que sin embargo son comprendidas por quien ya no está él ahí al sumergirse en la vastedad del todo.


Y sin ser del mundo, deambula vagando libre y tranquilo por él tocando todos los vericuetos de la vida cotidiana con la suavidad de una caricia hecha con una delicada pluma de colibrí.


Sin sacro y profano,

El vino y el amor,

La feria y el templo,

El fútbol y la erudita cátedra,

La cama ardiente y la grosera risotada.


Sin esfuerzo, naturalmente,

El agua del río sube, inunda los terrenos y besa las patas de los humildes ranchos isleños,

Y a las horas se retira callada,

Sin reclamar ninguno de los frutos de su benéfica fecundación.

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